La profesión de Barbara Lizana es uno de aquellos trabajos únicos y más peculiares que pueden existir. Se dedica a la caracterización, al estilismo y a la peluquería. Hasta aquí, muy común. La diferencia es que no trata o trabaja con personas de carne y hueso, sino que lo hace con figuras de cera: reproducciones a escala real de cantantes, escritores, artistas, gente de la farándula, cocineros y un largo etcétera.

Con "mis niños", Barbara se refiere a las más de 120 figuras que cada mañana y desde hace 38 años, antes de abrir las puertas del Museo de Cera de Barcelona donde trabaja, repasa y deja a punto para que todo el mundo que entre pueda disfrutar y las encuentre con las mejores presentaciones posibles. Unas figuras que provienen de todo el mundo y que una vez en el museo, se encargan de montar, vestir y hacerles los últimos retoques para exponer de cara al público.

Barbara: "¡Por mis manos ha pasado todo el mundo!"

Barbara Lizana   Estilista

Barbara haciendo retoques a Carmen Amaya desde su taller

"Por mis manos ha pasado todo el mundo", exclama Barbara, que recuerda cuando antes en el museo había 300 y pico figuras y todas habían pasado por sus utensilios y pinceles. La experta explica que lo más complicado es la restauración, "cuando se rompe un dedo o rayan una figura —porque la gente las toca y las raya para comprobar si son o no de cera—, es bastante complicado de arreglar". La semana pasada se cayó Lope de Vega, explica, y se rompió la cabeza entera por la mitad. "Cuando un corte es limpio, más o menos se puede arreglar. Con esta figura, ¡estuve trabajando toda una semana!".

¿Qué tienen en común Franco y Marilyn Monroe?

Que las dos forman parte de las mil y una anécdotas que Barbara tiene para explicar. "Durante dos años, estuvo viniendo cada día un señor que pagaba la entrada y subía al primer piso... ¿Sabes para qué?" ¡No! "¡Iba a saludar a Franco, a hacerle el saludo militar!" [Reímos]. ¿De verdad? "Te lo prometo. Se oían los golpes desde abajo. Saludaba a Franco, compraba alguna cosa en la tienda, que debería tener toda la casa de cera, y se marchaba". Barbara explica que el cliente "era como de la familia", y que a la chica que trabajaba en la tienda le daba incluso pena cobrarle por los objetos que se llevaba.

"Otro día, limpiando a Marilyn Monroe, le levanto el vestido y... ¡sorpresa! ¡Se habían llevado sus bragas!" [Ríe]. "¡Claro, se las tuvieron que cortar! Y con la actual Marilyn que tenemos expuesta, también se las han bajado más de una vez", comenta sonriente Barbara, que dice que el público —niños y adultos, puntualiza— es muy curioso. [Sonríe]
 

Barbara amb Marilyn MonroeBarbara comprueba que las bragas de Marilyn siguen en su sitio

Pero las anécdotas no acaban aquí, ni mucho menos. Barbara recuerda como un día le tocó hacer el mantenimiento de Sara Montiel. "La llevamos al taller, la lavé, la vestí y la dejé apoyada para devolverla al día siguiente al museo". Al llegar la mañana siguiente, la estilista abrió la puerta del taller a oscuras y se llevó un buen susto. "Entro y veo a una persona tirada en el suelo. Lo primero que pensé fue: '¡Dios mío, qué ha pasado aquí!' ¡No pensé ni en figuras ni en nada!", exclama Barbara, que se pensaba que durante la noche había entrado un ladrón en su taller y había acabado en el suelo muerto. [Ríe]

El bosque más grande de Las Rambles

Si se visita el museo de cera, es obligatorio hacer parada en el Bosque de las hadas, el mítico bar de delante del museo, donde todo aquel que entre podrá tomar un refresco o una buena hamburguesa de la Boqueria rodeado de un escenario inmejorable, en el que Barbara también participó. "Trabajé en la ambientación, la decoración y en la resina de los árboles del bosque", apunta la restauradora y estilista, que, relacionado con el bosque, recuerda otro episodio vivido que alteró a todo el personal. "Antes teníamos un decorado que representaba un cementerio con lápidas de algunos de los trabajadores y que simulaba un aquelarre de una chica de cera, que estaba expuesta y vestida de una forma muy sensual". "Al llegar una mañana al local, ¡me encuentro con una figura que se mueve! Había un turista, que se debió haber quedado allí encerrado, con los pantalones bajados sobre la figura... ¡Por suerte lo pillamos a tiempo!" La estilista y restauradora asegura que no quiso tocar nunca más aquella figura.

Barbara: "Un turista se llevó la pierna de Charles Manson"

Y una última anécdota. "Un turista se llevó la pierna de Charles Manson". ¡¿Cómo, cómo?! "Lo que oyes. Se ve que el chico vio que la pierna se podía extraer y se la llevó". Los compañeros de Barbara lo vieron en la placita de delante del museo con la pierna en el hombro y, por suerte, lo pudieron parar y que la pieza volviera a su sitio.
 

Barbara restauradoraEl taller donde trabaja la estilista acumula un buen número de figuras que ya no están expuestas en el museo

Barbara va trabajando. Se levanta, coge la cabeza de una figura y se la lleva al fregadero que tiene en el taller para limpiarla. "No es lo mismo peinar la cabeza de una persona que la de una figura de cera. Si no vas con cuidado, le puedes arrancar un pelo o quemarla con el secador", puntualiza la estilista, que practica un cuidadoso mantenimiento periódico a todas las figuras que han pasado y están presentes en el museo. "Recuerdo a una chica que me ayudaba al principio, que era muy susceptible y le daba cosa coger las figuras con las manos. Se ponía dos pares de guantes para lavar las cabezas y, un día, la miro y veo que se le estaba derritiendo la cara a la figura... [Ríe] Claro, ¡no notaba nada con tantos guantes!". La estilista remarca la importancia de los ojos, que se tienen que ir limpiando para darles más vida a todas las figuras.

Plats bruts y La Cubana entre figuras de cera

Antes el museo era un lugar donde se hacían muchas celebraciones, recuerda Barbara. "Se hacían fiestas, venían famosos y se organizaban unas buenas jaranas". La estilista explica que dentro del museo se grabó un capítulo de la mítica serie de TV3 Plats bruts. "¡Me lo pasé bomba! Eran muy divertidos. Yo me encargaba de que todas las figuras estuvieran bien peinadas y bien vestidas", y añade como la compañía teatral de La Cubana también hizo ahí un espectáculo.

En este capítulo de 'Plats bruts', David se quedaba encerrado en el Museo de Cera toda una noche

Citas y romances: el museo más mágico de Barcelona

La estilista explica como el museo ha sido desde siempre un lugar de citas y romances entre parejas. Un museo fundado por el escenógrafo Enrique Alarcón, en 1973, que junto con su hijo y, más adelante, con su nieto, llevaron las riendas unos cuantos años. "Antes era un negocio muy familiar, 'los Alarcones'", dice Barbara, que compartió con ellos unos cuantos años desde que entró a trabajar. "He recibido ofertas de otras compañías como el Liceo mismo, pero siempre he tenido claro que mi sitio está aquí", expresa contenta la restauradora. ¿Te ves jubilándote aquí, pues? "¡Me tendrán que echar, yo no me pienso jubilar!" [Ríe].

Actualmente el museo cuenta con la dirección creativa del productor y exmiembro de la Trinca Toni Cruz, que junto con otros socios lo han renovado de arriba abajo. En la entrada, el visitante se encuentra con un videowall donde celebrities de todo el mundo presentan la ciudad de Barcelona. Una visita que continúa con un simulador que representa un ascensor, y que te transporta a los puntos más altos de la ciudad, disfrutando y descubriendo Barcelona desde otro punto de vista. Un recorrido modificado y mucho más vivencial, donde el turista o el ciudadano local que quiera redescubrir el museo podrá fotografiarse con todos sus ídolos o subir a una nave espacial para viajar al universo.
 

La Barbara retoca a la Ruscalleda

Haciendo los últimos retoques a Carme Ruscalleda, que lleva los pendientes originales de la cocinera catalana

"Queremos que el turista que entre en el Museo de Cera pueda conocer y descubrir la fantástica ciudad que tenemos", apunta Cruz, que puntualiza como con esta reapertura se pretende dar más vida a la parte baja de la Rambla, ofreciendo un nuevo espacio para disfrutar y pasar un buen rato entre familia o amigos. Además, el museo estrena y ofrece la posibilidad de vivir una nueva experiencia: Infection Evolution, una mezcla de escape room, survival, espectáculo y visita interactiva.

Una experiencia que se puede complementar con un recorrido guiado por el taller en el que trabaja Barbara, y saludar a una de las figuras más emblemáticas y queridas de todo el museo.