Los jueces y juezas de Pau -figura que existe en Catalunya desde 1855- finalmente no desaparecerán, como pretendía el Gobierno. La Ley orgánica 1/2025, de medidas en materia de eficiencia del servicio público de justicia, ordena que los actuales juzgados de paz se tienen que transformar en Oficinas de Justicia en el Municipio (OJM), que tienen el reto de acercar la justicia a los ciudadanos y fomentar la resolución de conflictos. Actualmente, los juzgados de paz -implantados en municipios donde no hay juzgados de primera instancia e instrucción- ya colaboran con los juzgados ordinarios, básicamente en entregar exhortos de juzgados de ámbitos civiles y penales. Ahora, el reto es ofrecer más servicios. En Catalunya, hay 898 juzgados de paz de municipios, que dan servicio a una población de 3,2 millones de personas (el 40% de la población). Para hacer efectiva las nuevas competencias, el Departament de Justicia ha aprobado el Plan| de justicia de paz y de proximidad para dotar de medios y personal de justicia los juzgados de paz y con una inversión de 3,7 millones de euros. Una herramienta clave será dotarlos de un sistema para hacer videoconferencias desde estas nuevas oficinas con todos los juzgados del país. Es un medio en crecimiento porque los juzgados de Catalunya hicieron 86.726 vistas judiciales telemáticas el año pasado y se prevé un incremento.
La conversión de los juzgados de paz en Oficinas de Justicia en el Municipio será de forma escalonada. La primera fase tiene que entrar en funcionamiento el 1 de julio, como marca la ley 1/2025. Su renovación coincide con la transformación de los órganos judiciales unipersonales en Tribunales de Instancia, y ahora se tendrá que aplicar en 33 de los 49 partidos judiciales que hay en Catalunya. El total de municipios con juzgado de paz que entran en la primera fase es de 561. El plan de justicia de proximidad ha sido presentado por el president Salvador Illa, acompañado por el conseller del Departament de Justicia, Ramon Espadaler, a una representación de los jueces de paz catalanes, este martes por la tarde en el Palau de Justícia.
Poder volver a oficiar bodas
Este impulso de la figura de los jueces de paz, sobre todo en Catalunya, llega justo cuando hace dos meses perdieron la potestad para hacer bodas, a raíz de un olvido del legislador español de incluir su habilitación en la ley 1/2025. En una entrevista con ElNacional.cat, el conseller Espadaler avanzó que espera que el Congreso de los Diputados enmiende este error pronto.

Nuevas competencias
Los juzgados de paz de Catalunya ya colaboran con los juzgados jurisdiccionales y el año pasado hicieron: 141.800 exhortos civiles; 119.886 exhortos penales, 1.833 juicios verbales y 2.759 conciliaciones. La nueva ley 1/2025 les amplía las cantidades que pueden atender en la vía civil: la reclamación de cuantía pasa de 90 a 150 euros; expedientes de conciliación civil de una cuantía inferior a 10.000 euros, y actos de conciliación (si el hecho ha sucedido en el municipio y la persona requerida tiene el domicilio allí). Con respecto al ámbito penal, hace falta una reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal (LEcrim) para que los jueces de paz puedan atender delitos leves, como ya tenían hasta el 2015.
"Útil para la ciudadanía"
La secretaria para la Administración de Justicia, Iolanda Aguilar, ha afirmado que "la voluntad de la Generalitat es que la justicia de paz y de proximidad sea un servicio útil para la ciudadanía, que ayude a la prevención y la resolución de conflictos en los municipios" y que con el plan aprobado "la figura del juez de paz sale reforzada", en un encuentro con periodistas. Ha añadido que con este cambio el ciudadano podrá ir a hacer actuaciones en el ámbito de la justicia, como por ejemplo declarar por videoconferencia desde su municipio sin necesidad de ir al juzgado jurisdiccional. También podrá tener copias de su expediente judicial, certificados de los registros que dependen del Ministerio- como el certificado de delitos penales-, del Registro Civil, y además, se considera los juzgados de paz como la primera puerta de entrada al servicio público de la justicia, desde la petición de justicia gratuita, servicios de atención a la víctima del delito, los MASC (Medios Adecuados de Solución de Controversias). "Y se fomenta el uso del catalán", concluye Aguilar porque recuerda que el juez de paz es cercana y conocida por los vecinos del pueblo.
El sistema de videoconferencia en 38 municipios
De los 561 juzgados de paz que se transformarán en oficinas de justicia en el municipio el próximo 1 de julio, solo 38 contarán con un sistema de videoconferencia de forma inmediata, según precisa Justicia, ya que se tiene que condicionar una sala segura por hacer las videoconferencias (convirtiéndose en el llamado Punto de acceso común) y que haya personal de la administración de justicia que lo haga, y certifique que la persona delante de la cámara es la reclamada por el juzgado ordinario. Y estos juzgados son los que ahora cumplen este requisito, como Abrera, Castelldefels, Tàrrega o Pallejà. Los jueces jurisdiccionales son los que tienen la última palabra para ordenar el uso de una videoconferencia desde un juzgado de paz, para tomar declaración a un acusado, un testigo o una víctima. Para aprovechar los recursos, Justicia fomenta que los jueces de paz se unan en agrupaciones, y en la primera fase hay 44. Los municipios con más de 7.000 habitantes tienen derecho a tener personal de la administración de justicia
Actualmente, los gastos en justicia de paz tienen un presupuesto de unos 19,8 millones de euros anuales: la principal partida se destina a personal de la administración de justicia, 17,3 millones (la plantilla actual es de 829 personas); las indemnizaciones a los jueces de paz -que no es un sueldo y va en función de la población (unos 629 euros para municipios hasta 499 habitantes y unos 2.000 euros en municipios desde 5.000 habitantes)- sube a unos 844.810 euros, y la subvención ayuntamientos por gastos de funcionamiento a 1.656.869 euros.

Nuevos requisitos a los jueces de paz
Además de dotarlos de medios personales y materiales, la Generalitat ha encargado al Instituto de Estudios del Autogobierno (IEA) un análisis sobre los límites y el alcance del desarrollo de la normativa catalana sobre justicia de paz y de proximidad. La figura del juez de paz -que son órganos unipersonales con jurisdicción en el término municipal del cual forman parte- está recogida en el Estatuto de 2006 y su regulación está en la ley orgánica del Poder Judicial. Los nombra el pleno del ayuntamiento del municipio por un periodo de 4 años, y solo tiene que cumplir los requisitos de tener nacionalidad española, y los valida la sala de gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC), que en caso de vacantes tiene la potestad de nombrarlas. Con el encargo, la Generalitat busca una regulación de este cargo y que se definan méritos y capacidades para hacer el proceso más cualificado y transparente, adelanta Aguilar.
Un 64% de hombres y un 30% de vacantes
En Catalunya, hay 1.796 plazas de jueces de paz titulares y suplentes, y más de la mitad son hombres. En concreto, hay: 1.148 hombres (64%); 612 mujeres (34%) y 36 vacantes (2%). Así lo recoge el estudio Justicia de proximidad y perspectiva de género en Catalunya: ¿un agravio sistémico?, realizado por Àngel Soro y Esther Arimon con una ayuda del Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada (CEJFE).
