Ester y Olga fueron víctimas de una estafa de alquiler de pisos en Internet hace casi un mes. Ellas son dos estudiantes de Vic que querían venir a vivir a Barcelona en el último curso de carrera y tenían prisa por encontrar una vivienda. "Vimos la oferta en la página web de Idealista, pero la oferta era de Airbnb", explica a El Nacional una de ellas.

La oferta que encontraron era de un piso al lado de la Sagrada Família, completamente amueblado y con todo lujo de detalles. El precio era inmejorable: 600 euros al mes con todo incluido. La única condición para visitarlo era pagar 1.820 euros, correspondientes a dos meses de alquiler y un mes de fianza.

"Se pusieron en contacto conmigo vía correo electrónico y WhatsApp y me dijeron que los procedimientos los haríamos a través de la plataforma Airbnb, que teníamos que hacer el pago allí y que después quedaríamos un día para enseñarnos el piso. Si no nos gustaba, nos devolvían el dinero en 24 horas", relatan las chicas, un poco afligidas y desoladas por haber perdido "el dinero que cuesta tanto de ganar".

Este es el modus operandi que utilizan los estafadores, que lo tienen todo muy bien montado y estudiado al detalle. Desde cualquier parte del mundo pueden enviar mensajes al usuario desde un número español porque, según han explicado fuentes de los Mossos a este medio, los móviles que utilizan suelen ser de prepago y es por eso que "es muy difícil" engancharlos.

Dinero perdido

Después de hacer la transferencia, Ester y Olga esperaban ilusionadas ir a visitar el piso y poder instalarse cuanto antes mejor. Pero la estafa seguía su curso.

Habiendo pagado el dinero, la defraudadora seguía jugando. "Hola de nuevo, yo también he recibido un correo de Airbnb sobre que usted ha realizado el pago. Ahora esperaremos la confirmación".

Lo más impactante de todo es que la propietaria, para hacerlo creíble, les aseguró que "cancelaré mi viaje y en dos días nos podremos encontrar" e, incluso, les preguntaba si les iba bien quedar el fin de semana. Finalmente, quedaron para verse un martes para visitarlo y la supuesta arrendataria, en un intento de no levantar sospechas, se despidió muy amablemente deseando "que tengas un buen día".

Después, silencio. Nunca más supieron nada de ella, aunque, casi un mes más tarde, sigue conectándose al Whatsapp a diario. "Me pregunto por qué no se puede hacer nada, si el teléfono continúa cada día activo", se lamentaban las chicas.

Aunque lo denunciaron a los Mossos, ellos los aseguraron que abrirían una investigación, pero también les pidieron que no se hicieran ilusiones porque este tipo de estafas son muy frecuentes y son muy difíciles de certificar por lo que ya se ha dicho antes y, además, porque borran todas, o casi todas, las huellas.

Evitar la sospecha

Estos estafadores son grandes profesionales en su terreno. Para evitar levantar sospechas, envían correos de confirmación, crean chats que parecen de verdad y hablan con el usuario por WhatsApp. Todo ello para acabar sacando a la luz su truco final, que es conseguir que las víctimas les hagan una transferencia bancaria.

Para hacerlo, la web falsa donde se tiene que pagar no deja al usuario hacer la transferencia y envían un correo a la persona diciéndole que "es una cantidad muy elevada de dinero" y que, por esta razón, se tiene que hacer sí o sí por transferencia.

Aparte de eso, para un usuario habitual de Airbnb no es tan extraño hacer un pago previo a su estancia en un piso. "Yo había ido de fin de semana con alojamiento Airbnb varias veces y el pago se hacía antes, así que no sospechamos demasiado," relata una de las víctimas, que añade que "lo entendimos como cuándo reservas un hotel, que primero pagas y después vas".

Ester y Olga ya han asumido que no recuperarán el dinero. Ahora quieren ayudar a otras personas para que no caigan en la misma trampa que ellas y se pueda acabar con esta gran estafa.