El caso de la niña de 12 años violada y explotada por una red de pederastia durante dos años mientras se encontraba bajo el control de la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (DGAIA), organismo público de la Generalitat de Catalunya, sigue conmocionando a la sociedad catalana, que se pregunta cómo es posible que el pederasta y la red de explotadores actuaran con tanta impunidad durante años, sin que las autoridades responsables de la protección de la menor lo detectaran a tiempo. O también, porque no se detectó antes la situación de abuso y explotación sexual y no se actuó ante las señales claras de riesgo, o porque se permitió que una niña de 12 años conviviera con un adulto de 25, el electricista Teófilo L.M, el líder de la red. El caso destapado ha generado un profundo debate social y político en el país, y son muchas las voces que han opinado sobre la cuestión, desde los miembros de las diversas formaciones políticas a educadores y expertos en protección de menores y jóvenes tutelados. Este domingo lo ha hecho la defensora del pueblo, Esther Giménez-Salinas, que muestra su preocupación por que este caso sea solo la punta del iceberg, ya que "hay un cierto convencimiento de que eso no es solo un caso aislado".

"Cuando conocemos, conocemos la punta", ha afirmado Giménez-Salinas en una entrevista al programa El Suplement de Catalunya Ràdio, donde ha mostrado extrañeza por el hecho de que este caso de violencia sexual no saliera a la luz antes y se mantuviera silenciado. "No puedo entender que se haya dado durante dos años. Entiendo un tema puntual que pueda pasar, pero no una cosa prolongada en el tiempo", ha señalado la sindica, quien también ha subrayado que el sistema de la Dirección General de Atención a la Infancia y Adolescencia (DGAIA) "ha quedado un poco obsoleto", y reclama una reforma a fondo. "Hace muchos años que se habla de que se tiene que renovar y hacer las cosas diferentes" pero "hace demasiados años que oigo que el sistema cambiará, y no cambia".

Giménez-Salinas ha explicado que hay que hacer una "reflexión profunda" para abordar la problemática del sistema de atención a la infancia, y afirma que "de entrada, soy partidaria de trabajar con las familias, y que la separación sea el último recurso" En este sentido, destaca la necesidad de trabajar en la prevención, hacer mucho trabajo con las familias de forma previa para evitar el ingreso en un centro. "No hablo de maltratos o casos muy claros", ha matizado la sindica, quien es de la opinión que "crecer en un centro no es lo mejor para un niño".

La defensora del pueblo catalana, que tiene como una de sus funciones defender los derechos fundamentales y las libertades públicas de la ciudadanía, se ha mostrado rotunda a la hora de valorar que haya bebés en centros de menores, que considera que "tendría que estar prohibido", y pone sobre la mesa la necesidad de reformar el sistema para evitarlo. "Como mínimo, los menores de tres años tendrían que crecer con una familia de acogida, y hace aproximadamente diez años que tenemos las mismas", ha indicado.

Giménez-Salinas también se muestra partidaria de introducir otros cambios, porque cree que los centros tienen que ser más pequeños, más personalizados, y que los educadores puedan estar mucho tiempo. Ahora, ha dicho, hay mucha rotación y son relativamente jóvenes. En centros grandes, además, hay turnos de mañana, tarde y noche. La sindica también se ha mostrado crítica la lentitud en los procesos, también en las peticiones de información que hace ella a las instituciones. "Todo es muy lento, tú haces la petición, te acaba llegando, pero todo llega muy tarde", se ha quejado la defensora, remarcando que en un tema como este justamente es más necesario que nunca que la información llegue a tiempo.