Científicos españoles han encontrado una galaxia gemela de la Vía Láctea que cambia lo que sabemos sobre el universo, porque "revela que ya existían galaxias similares a la Vía Láctea hace 11.700 millones de años, cuando el universo tenía solo un 15% de la edad actual". Así lo afirma Luca Costantin, investigador del Centro de Astrobiología (CAB, INTA-CSIC) y autor principal del estudio publicado en Nature este miércoles. El hallazgo se ha hecho público 24 horas después de que la misión Euclid haya revelado las cinco primeras imágenes del cosmos en alta definición, con el objetivo de crear el mayor i más preciso mapa en 3D del universo hasta el momento.

Es decir, la edad actual del universo es de unos 13.800 millones de años. Hasta ahora, los científicos pensaban que la estructura de las galaxias espirales como la nuestra no se consolidaba hasta que el cosmos tenía la mitad de su edad actual. Pero los autores han utilizado el telescopio espacial James Webb y han descubierto una galaxia en el llamado "universo joven" que cuenta con una de las estructuras más características de la Vía Láctea, la conocida como barra galáctica —una banda central de estrellas brillantes—. Esta galaxia la han denominado ceers-2112 y presenta un rasgo que se asocia al momento cuando el universo tenía tan solo 2.100 millones de años, todo desafiante el conocimiento previo sobre la formación de galaxias.

El conocimiento sobre el universo primitivo

"Ceers-2112 se considera una galaxia análoga a la Vía Láctea, ya que presenta una estructura espiral barrada y la misma masa que tenía que tener la nuestra en este instante del cosmos", apunta  Costantin. El coautor Jairo Méndez Abreu, investigador de la Universidad de La Laguna y del Institut de Astrofísica de Canarias (IAC), ha añadido que "el hallazgo prueba que cuando el universo era todavía muy joven la evolución de esta galaxia estaba dominada por los bariones (la materia normal de la que estamos compuestos) y no por la materia oscura, aunque es más abundante".

Vamos por partes. Los científicos intentan reconstruir la historia de la Vía Láctea mediante el estudio de la estructura de galaxias a diferentes distancias, a diferentes edades del universo. En el universo próximo, la mayoría de las galaxias espirales masivas como la nuestra muestran una estructura alargada en forma de barra en sus regiones centrales. En cambio, se pensaba que las condiciones físicas y dinámicas del universo primitivo no favorecen la formación de estas barras. Hace falta tener en cuenta las barras galácticas tienen un papel fundamental en la evolución de las galaxias, ya que favorecen una mezcla de elementos que es esencial para la formación de estrellas como el Sol.

La revolución del telescopio James Webb

"Las galaxias no siempre han sido como las observamos a nuestro alrededor, ya que varían su masa y estructura durante su vida. Aunque las galaxias barradas similares a la Vía Láctea son comunas al universo próximo, hasta ahora creemos que tendrían que ser extremadamente raras cuando observamos atrás en el tiempo", señala el segundo autor del artículo e investigador científico del INTA en el CAB de Madrid, Pablo G. Pérez. Hasta ahora, el conocimiento sobre la morfología de galaxias lejanas se ha basado en los estudios del telescopio Hubble. Pero el telescopio James Webb está revolucionando la astrofísica, revelando que el universo lejano no es como esperábamos.

La coautora e investigadora posdoctoral del Instituto de Física de Partículas y del Cosmos de la Universidad Complutense de Madrid (IPARCOS-UCM), Cristina Cabello, indica que el James Webb ofrece "por primera vez la tecnología y la instrumentación necesarias para estudiar en detalle la morfología de galaxias muy lejanas". "Investigar cómo las galaxias adquieren la estructura que las caracteriza hoy es esencial para comprender los procesos de formación y evolución", concluye.