Ha ingresado en una prisión catalana un fugitivo por el asesinato de su expareja que fue detenido en Nueva York el pasado junio. El hombre está acusado de haber matado a su expareja sentimental en 1997 en Barcelona. Cuando fue arrestado, sólo faltaban cuatro meses para que el crimen prescribiera; las investigaciones se habían reactivado, justamente, porque se acercaba el plazo de prescripción.

Trasladado desde EE.UU.

Según han informado a EFE fuentes de la investigación, R.A.B., de 43 años de edad, nacido en Santo Domingo (República Dominicana) y con nacionalidad española, ha sido trasladado por el FBI a Barcelona, donde pasó a manos de la Policía Nacional, en calidad de detenido. La Policía Nacional consiguió que el sospechoso fuera de detenido en Nueva York el pasado 8 de junio, en colaboración con el FBI y el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) norteamericanos. Una vez fue trasladado a Barcelona, en un vuelo procedente de Estados Unidos, la Policía Nacional le tomó declaración en sede policial y posteriormente pasó a disposición del juzgado de instrucción número 2 de Gavà (Baix Llobregat), que ha ordenado su ingreso en prisión, a la espera de que se abra el proceso para juzgarlo.

Fugitivo durante lustros

R.A.B. está acusado de haber matado la noche del 5 de octubre de 1997 a su expareja, una mujer de origen colombiano de 22 años con dos hijos, y esconder el cadáver en un descampado de Viladecans (Baix Llobregat). Después de cometer el crimen, el hombre voló directamente a Nueva York, con un billete de ida y vuelta, aunque nunca volvió a España, y permaneció de forma irregular en Estados Unidos desde entonces, utilizando documentación falsa, hasta que pudo ser arrestado en junio pasado. El cadáver de la víctima fue localizado ocho meses después del crimen en una zona muy próxima al aeropuerto del Prat (Barcelona).

Una relación conflictiva

El arrestado mantuvo una relación sentimental durante seis meses con una mujer colombiana con dos hijos menores de edad a su cargo. Ella quiso romper la relación unas semanas antes del crimen, a lo que el hombre se negó y, tomando una actitud de acoso directo e indirecto constante, empezó supuestamente a amenazarla de muerte con la exhibición de un arma de fuego. El 5 de octubre de 1997 el hombre se presentó en el domicilio barcelonés de la mujer, donde residía con sus hijos y otros familiares, con la excusa de recuperar unos documentos. Mediante violencia, intimidación y engaño consiguió que su víctima subiera a un automóvil, momento a partir del cual dejaron de tenerse noticias de su paradero.