El brote de sarna en el Hospital Sant Joan de Reus ha afectado ya a un total de 35 trabajadores. Este lunes se han diagnosticado nueve casos más en el marco del tratamiento preventivo que se está ofreciendo a la plantilla. Según ha explicado el director del centro, Óscar Ros, esta era una cifra "esperable" debido al tiempo de incubación de la enfermedad —entre dos y seis semanas—, pero se confía en que ya esté llegando en su "punto álgido". Aunque todavía no se ha localizado la fuente inicial de contagio, se sospecha que la sarna llegó a Urgencias a través de un paciente y que después se habría traspasado al personal mediante las batas. De hecho, durante todo el año pasado el centro diagnosticó 25 personas afectadas por la enfermedad en este servicio del hospital y, según la dirección, hay coincidencias entre pacientes tratados al principio de noviembre y el posible inicio de la infestación.

Este lunes, la unidad de vigilancia de la salud ha tratado preventivamente a más de 200 profesionales del hospital, entre los cuales se han diagnosticado nueve casos más de sarna. La gran mayoría corresponde a personal del área de Urgencias, excepto una trabajadora del área quirúrgica que es pareja de un trabajador del servicio de Urgencias. Aunque en este caso la transmisión se habría producido en el ámbito familiar, el hospital ha ampliado los tratamientos preventivos al personal de la unidad de Cirugía. En este sentido, este martes se tratarán más de un centenar de empleados de ambas unidades. Hay que recordar que el protocolo también se está aplicando en los familiares o en aquellas personas que conviven con los profesionales diagnosticados.

La investigación puesta en marcha conjuntamente por el hospital y Salud Pública con el fin de localizar el origen de la infestación continúa en marcha. El centro ha confirmado que, durante el año pasado, diagnosticó sarna en 25 pacientes que estaban siendo tratados en el área de Urgencias. Algunos de estos casos se produjeron en noviembre, por lo cual se trabaja con la hipótesis en la cual uno de ellos se convirtiera la "puerta de entrada" de la enfermedad en esta unidad del centro hospitalario.

En paralelo, el centro mantiene el refuerzo de las medidas de higiene y de renovación obligatoria de la vestimenta laboral. La sarna tiene un tratamiento efectivo que hace que, desde el momento en que se empieza a aplicar el tratamiento tópico —una pomada—, el afectado deje de ser contagioso. Por eso, los trabajadores que se han sometido al tratamiento siguen trabajando. La enfermedad produce picores y suele afectar a las manos y el tronco, aunque por el mismo contacto también se puede pasar al resto del cuerpo.