El Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 21 años y 9 meses de prisión para Joaquim Benítez por los abusos sexuales continuados a cuatro menores de edad cuando era profesor de educación física de los Maristes de Sants-Les Corts, en Barcelona, en los cursos 2006-2007, 2007-2008 y 2008-2009. La sala de lo penal ha rechazado dos recursos: uno presentado por el condenado y otro de la compañía de seguros del centro educativo. En este sentido, el alto tribunal confirma que el seguro es responsable civil directa de las indemnizaciones a las víctimas, que deberán recibir 120.000 euros. La fundación titular de la escuela fue declarada, además, responsable subsidiaria. El profesor de los Maristes se encuentra en libertad, pero tras esta decisión del Tribunal Supremo, su ingreso en prisión debería ser iminente. 

En su sentencia, el Supremo considera que las declaraciones de las víctimas han sido corroboradas por otros elementos de prueba y son suficientes para condenar Benítez. También ve correcta la calificación de delito continuado de abusos sexuales. El TS confirma así que el seguro de la escuela es la responsable civil directo y tiene que responder por|para los daños y perjuicios causados, sin que pueda argumentar falta de cobertura al tratarse de un delito doloso. El tribunal concluye que esta excepción solo se puede alegar en la relación interna entre el asegurador y el asegurado, pero no en relación con los menores perjudicados.

Abusos sexuales en su despacho

En la primera sentencia, en abril de 2019, los magistrados alegaron que por parte de los Maristas no hubo una "producción voluntaria de daño", sino una "conducta imprudente" por falta de control en las acciones de su exprofesor. De los cuatro casos de abusos sexuales a menores que Benítez llevó a cabo aprovechando su posición de superioridad, en el más grave practicó una felación a uno de sus alumnos, y también le pidió que le penetrara. En los demás casos, también hizo una felación a un niño y tocamiento a los otros dos. En los cuatro casos utilizó la misma excusa, curarles de cualquier lesión que pudieran tener, y les convencía para que fueran a su despacho, donde abusaba de los niños.

 

En 2019, la Audiencia de Barcelona también inhabilitó a Benítez para ejercer de profesor durante 13 años y 8 meses, y dictó una orden de alejamiento y la prohibición de comunicarse con las víctimas. En el texto, se destacaba que el profesor se aprovechó de la confianza que los alumnos habían depositado en él para aprovecharse y abusar de los niños entre 1999 y 2011, en uno caso que sacudió a la sociedad catalana. Así, la Audiencia de Barcelona puso de manifiesto que el dolor que sufrieron los menores iba mucho más allá de las lesiones físicas derivadas de los abusos, sino también los efectos emocionales y en su salud mental.