Los activistas por el clima de Ecologistas en Acción valoran como un "grave error" la propuesta que anunció ayer el Govern de talar un 25% de los árboles en torno a las cabeceras de los ríos para así obtener más agua, en el grave contexto de sequía que sufre Catalunya. El Departament d'Acció Climàtica, liderado por el conseller David Mascort, ya ha empezado a probarlo en un bosque al norte del Ripollès, talando uno de cada cuatro pinos con el objetivo de que más agua de la lluvia se vaya hacia los ríos y acuíferos —y se llenen embalses—, en vez de ser absorbida por los árboles o que se evapore en las hojas. El citado grupo ecologista, sin embargo, denuncia que esta propuesta pone el foco erróneamente al tratar de buscar "soluciones tecnológicas" puntuales a un problema estructural que es "la economía insostenible basada en un uso desmesurado de un recurso limitado" como es el agua.

"La fascinación por la técnica es un espejismo que crea la ilusión que se puede crecer indefinidamente, cuando en realidad la sequía es la muestra más cruel y palpable del hecho de que el colapso climático y de los ecosistemas ya nos impacta directamente y que esta crisis ecológica está causada por el modo económico vigente, basado obsesivamente en el crecimiento continuo," argumentan desde Ecologistas en Acción, en un comunicado emitido este viernes, precisamente coincidiendo con el Día Mundial del Agua.

"Pan para hoy y hambre para mañana"

Los activistas valoran que una actuación "puntual" e "intensiva" con maquinaria como la que prevé el Govern con los árboles de las cabeceras de los ríos, sin un aprovechamiento sostenible y una planificación a largo plazo de los espacios, es una solución cortoplacista, "pan para hoy y hambre para mañana". Además, desde Ecologistas lamentan que la reducción de la evaporación y, por lo tanto, de la humedad del aire, provocaría todavía más sequedad ambiental y "más muerte forestal". "Con estas medidas precipitadas y poco reflexionadas, muy probablemente nos estamos cargando la mejor herramienta para mantener en límites aceptables la temperatura del planeta", apuntan.

Además, los activistas alertan de que talar árboles supondrá un incremento de las emisiones de CO₂, por la actuación y por la degradación de los restos vegetales que queden, así como una potencial erosión de los suelos en torno a los ríos: aumentaría el riesgo de escorrentía, cosa que tiene un impacto en los embalses. También se alerta del impacto que puede tener para la fauna, por la pérdida de hábitats, destrucción de guaridas y la perturbación por ruidos. "Parece poco riguroso afirmar que un 25% de tala de árboles se traducirá en un 25% más de disponibilidad de agua en los ríos", concluyen.

Proponen poner el foco sobre los "sectores derrochadores"

Como alternativas, los ecologistas proponen no sacar el agua que necesitamos del medio natural de forma forzada y "antropocéntrica" e intervenir sobre en lo que califican de "sectores derrochadores", como la ganadería y agricultura intensivas e industriales por exportación y las actividades turísticas y de ocio (campos de golf, parques acuáticos, piscinas privadas y del sector hotelero). Así como reducir la carga de turistas que llegan a Catalunya, evitar más urbanizaciones para segundas residencias y optimizar las redes municipales de agua y descartar macroproyectos "derrochadores" como el Hard Rock, las piscinas de olas o los Juegos Olímpicos de Invierno.