La consellera de Educación, Anna Simó, anunció este lunes que de cara al próximo curso escolar todo el segundo ciclo de educación infantil –I3, I4 y I5– tendrá una ratio inferior a 20 alumnos por aula. Una medida continuamente reclamada por la comunidad educativa, y que el 2024-25 será el tercer curso consecutivo en que se aplica. Concretamente, el 90,7% de los grupos de los centros públicos saldrán con ratio 20 o menos a I3, un porcentaje ligeramente por debajo del 91,3% de la preinscripción pasada.

Pero hay muchos actores de la comunidad educativa que no están de acuerdo con esta afirmación. Desde el sindicato USTEC, la portavoz Iolanda Segura y el delegado Daniel Ocaña han contradicho al Departamento, criticando que la reducción de ratios en I3 acompañada de una negativa a abrir nuevos grupos acaba favoreciendo a la escuela concertada. Concretamente, argumentan que el hecho de bajar los límites de alumnos a 20 o menos por clase significa que los estudiantes que excedan estas ratios en muchos casos no tienen alternativa a abandonar la pública.

Y es que, ante la caída de la natalidad actual —que comporta una reducción de la demanda de plazas—, USTEC cree que Educación tendría que reducir realmente las ratios pero manteniendo los grupos en la educación pública. Anna Simó reconoció que este fenómeno está teniendo lugar, pero afirmó que solo se cerrarían 15 grupos de I3 de cara al próximo curso respecto de los que hay abiertos actualmente. El sindicato dice que son decenas más en todo Catalunya, y destaca que la caída de la natalidad no se vive de la misma manera en todo el país, de manera que hay algunos lugares que mantienen una demanda elevada a pesar de la reducción de plazas.

Esta es, de hecho, la realidad que se está viviendo actualmente en Tremp. La escuela Valldeflors está a punto de sufrir el cierre de una línea de I3 y otra de 1º, y estos días ya ha llevado la queja a los servicios territoriales de Educación al Alto Pirineo y Arán. Según explica USTEC, aquí hay 29 familias que quieren llevar a sus hijos a la escuela pública, pero la estrategia de Educación de bajar ratios significa que solo se dará plaza a 20. Las nueve familias restantes tendrán que ir a la escuela concertada y católica del municipio "porque es la única opción que tienen" o llevarlos a un centro fuera de Tremp. "Eso no es reducción de ratios. Si tengo 30 alumnos, reducción de ratios es crear dos grupos de 15 y poner los recursos para atenderlos", denuncia al sindicato.

La realidad de la matrícula viva, olvidada

Este posicionamiento lo comparten las Asociaciones Federadas de Familias de Alumnos de Catalunya, que reprochan a Educación que bajar ratios sin ampliar grupos es "tramposo". aFFac defiende también que la estrategia del Departamento acaba llevando a más alumnos a la concertada. Desde la organización han recordado que los centros concertados no están obligados a bajar ratios, como lo hace la pública, y consideran "engañoso" el anuncio del Departamento porque no tiene en cuenta la matrícula viva, es decir, aquel grosor del alumnado que entra en el sistema una vez iniciado el curso. Es una realidad que se vive especialmente en las regiones más desfavorecidas del país —como l'Hospitalet de Llobregat, y que afecta principalmente a la red pública de manera que acaba elevando las ratios de estos centros por encima del límite anunciado.