"Iré al campo con la estelada con la que me detuvieron". Muy contundente y seguro de él mismo, Rafel Martín, detenido a Mestalla en la final de la Copa del Rey del 2014 entre el Barça y el Real Madrid, por llevar una estelada, prepara el partido "sin miedo", y dice que irá con la misma bandera que llevaba cuando lo detuvieron.

La policía española lo paró durante la media parte del partido cuando iba al lavabo. Ocho policías españoles lo bloquearon y lo intentaron detener por llevar la estelada colgada al cuello. Se resistió y la policía lo insultó diciéndole "té vas a enterar, catalán de mierda," lo golpearon y se lo llevaron a comisaría. La policía lo detuvo porque Rafel Martín se negó a identificarse y se resistió, según la versión policial. Según su versión, gritó para pedir ayuda. Martín estuvo 5 horas esposado, le golpearon en un ojo y lo lanzaron al suelo. El informe médico confirmaba que las lesiones que tenía justo después de salir de comisaría eran fruto de la agresión.

Rafel Martín tiene entradas para ir a la final y las esteladas a punto. ¿"En qué mundo vivimos"? dice a El Nacional, visiblemente molesto por la prohibición de entrar esteladas a la final de la Copa del Rey del domingo. Y anima a plantar cara: "¡No tengamos miedo! ¿De qué tenemos que tener miedo? No puede ser que nos escondamos de ser catalanes. Lo tenemos que proclamar a los cuatro vientos". 

El proceso contra Rafel

Rafel Martín presentó después de los hechos una denuncia contra los 8 policías que lo detuvieron y agredieron. Con el tiempo supo que entre los policías españoles había 2 militares destinados a Irak que el día de la final hacían un refuerzo de la seguridad del partido. "Esta gente está acostumbrada a hacer la guerra", dice Rafel. Asegura que cometieron muchos delitos, desde la detención ilegal hasta los golpes y la falsificación de documento público. "Están acostumbrados a meter hostias", sentencia. 

Rafel Martin pone de relieve que todo el sistema "está totalmente politizado a todos los niveles". Después de que él presentara la denuncia contra los policías, la Fiscalía empezó a investigarlo por si había cometido delitos y se enfrentaba a como mínimo un delito de atentado a la autoridad. Sus abogados le recomendaron dejarlo estar para no salir perjudicado. Ahora el caso está parado, esperando la resolución del Tribunal Constitucional del recurso de ampara que presentó.