Por séptimo año consecutivo la cervecera Damm ha presentado su campaña publicitaria estival que gira en torno al estilo de vida del Mediterráneo. Bajo el título de “Las pequeñas cosas”, Alberto Rodríguez dirige un cortometraje interpretado por el veterano Jean Reno y el emergente Laia Costa. La presentación ha tenido lugar esta mañana en la Antiga Fàbrica d'Estrella Damm, donde se ha proyectado en exclusiva el film a los asistentes antes de la rueda de prensa.

Damm celebra 140 años de historia vinculados a la personalidad social, cultural y gastronómica del Mediterráneo. Desde 2009 hasta 2014 la marca cervecera ha apostado cada verano por un contenido musical en forma de spot, pero a raíz del éxito alcanzado en 2015 con el cortometraje dirigido por Alejandro Amenábar y protagonizado por Dakota Johnson, han optado este año por repetir la fórmula.

Según Rodríguez, la elección de Mallorca corresponde a “la mejor localización que había para desarrollar la historia”. “Una isla maravillosa” en palabras de Jean Reno, que descubrió, como en el caso de Laia Costa, por primera ocasión el territorio balear. En cuanto al storytelling, el director andaluz ganador de dos Goyas ha asegurado que quería hacer una historia “la más narrativa posible en la cual la fuerza residiera en los personajes”. Para Costa, una de las actrices con más proyección del momento, ha sido “una oportunidad a la vez que un placer” poder trabajar con Rodríguez y con Reno. Por su parte, el actor francés de origen español ha confesado que tenía ganas de “venir a trabajar a España”.

Las pequeñas cosas

Como cada año, los paisajes, las tradiciones autóctonas y la cerveza predominan en el cortometraje. “Las pequeñas cosas” narra la historia de un guionista francés, interpretado por Jean Reno, que está malhumorado por tener que permanecer más días de los que tenía previsto en la isla. La guía, protagonizada por Laia Costa, muestra su predisposición a enseñarle los lugares más desconocidos de la isla pero se tropieza con la fuerte personalidad del extranjero. El buenrollismo al que nos tiene acostumbrados Damm aparece en pequeñas dosis hasta el giro argumental final, donde se demuestra que aquellos detalles que a primera vista parecen insignificantes tienen su recompensa.​