Este verano se presenta especialmente duro en incendios forestales, con una gran sequía y los termómetros al límite. Durante el mes de junio ya hemos visto grandes fuegos que han golpeado con fuerza algunos puntos del país y las previsiones no son buenas. Este año habrá que extremar la precaución durante toda la campaña y la prevención será más necesaria que nunca. Y en eso, la ciudadanía tenemos un papel fundamental, no sólo para preservar nuestro territorio y nuestra tierra, sino también para proteger todas las personas que trabajan día tras día en los cuerpos de emergencia de Catalunya.

"Cuando subimos al camión sólo tenemos incertidumbres. Nos preocupa la seguridad de nuestra gente y la seguridad de los que se pueden ver afectados por el incendio. No sabemos qué nos podemos encontrar ni si lo podremos controlar y son momentos difíciles". Así explica Francesc Xavier Boya, inspector jefe de la División Sala Central de Bomberos, cómo se vive la extinción de un incendio desde dentro, desde la otra cara que pocos ven. En los últimos años los fuegos en nuestra casa han cambiado. El cambio climático y el abandono del campo ha convertido los incendios en más virulentos y más difíciles de controlar. Si bien es cierto que los cuerpos de emergencias cada vez disponen de más avances y recursos en políticas de prevención y extinción, a menudo los pasos adelante chocan con un clima más extremo y el aumento de la superficie forestal.

En las últimas décadas hemos pasado de tener un 30% de terreno forestal a un 70%. En la primera mitad del siglo XX los incendios, mayoritariamente, los apagaban los mismos campesinos con agua o ramas, ya que la longitud de las llamas era baja y, como la tierra estaba trabajada, el fuego no tenía continuidad. Ahora, la desruralización y el abandono de los terrenos agrícolas han dado pie a incendios de mucha intensidad que no tienen freno y son más complicados de extinguir. Jordi Martín, inspector jefe de la Región Emergencias de Girona, asegura que los actuales incendios son de sexta generación, es decir, que queman mucha superficie en poco tiempo y de una manera muy violenta. "Es un fenómeno que ya se ha visto en otros países como Grecia o Portugal. Estos fuegos hacen que no podamos ser capaces de resolverlos como hasta ahora", destaca.

¿Cómo funciona la extinción de un incendio?

Las Agrupaciones de Defensa Forestal son las responsables de hacer las llamadas primeras intervenciones. En nuestro país hay más de 300 repartidas por todo el territorio y están formadas por personas voluntarias con formación que conocen perfectamente su tierra y sus características. El principal activo de las ADF es que normalmente se encuentran cerca de los incendios y eso hace que puedan intervenir con una mayor rapidez. Una vez llegan los Bombers, ellos son los responsables de la incidencia y las ADF se dedican a hacer las tareas que les requieran. "En mi comarca yo lo conozco todo: la gente que vive allí, las carreteras, los recursos, los lugares con más riesgo, quién nos puede ayudar... Las ADF estamos formadas por gente que vive en el territorio y eso hace que lleguemos mejor a los lugares y podamos aportar mucho y evitar que el incendio se haga grande", explica Xavier Jovés, presidente del Secretariado de ADF de Catalunya.

Una vez el incendio está en manos de los bomberos, la gestión de la extinción va mucho más allá de lo que se ve. Aparte de todos los recursos aéreos o terrestres que se puedan destinar, en una emergencia hay constantemente bomberos y expertos que se dedican a hacer análisis del fuego y trazan la estrategia a seguir. Además, es necesaria una coordinación milimétrica, tanto dentro del Cos de Bombers como con el resto de servicios de emergencia.

¿Cómo se prevé este verano?

Las previsiones de cara a los próximos meses no son buenas. Todos los expertos apuntan a que nos espera una campaña de incendios forestales dura y hacen un llamamiento a la prevención, ahora más necesaria que nunca. "El verano todavía no ha empezado del todo y ya estamos en una situación muy preocupante. Somos pesimistas. La campaña puede ser muy complicada y difícil", indica Boya.