Conservar y proteger la tierra es conservar y proteger uno de los patrimonios más valiosos que tenemos en nuestro país. Este año se espera una campaña de incendios forestales especialmente dura y virulenta y la prevención cobra más importancia que nunca. Preservar la riqueza de nuestros bosques es esencial y la mejor manera de luchar contra los incendios es evitar que se produzcan. La prevención, sin embargo, no es un trabajo solo de verano, sino que, como bien dicen los cuerpos de emergencias, los incendios se apagan en invierno.

Cada año se llevan a cabo actuaciones forestales de mejora y mantenimiento para reducir el riesgo de incendios y para hacer una gestión sostenible del medio natural. Este trabajo se hace de manera coordinada entre Agentes Rurales, ADF, GPIF, Protección Civil  y Bomberos, que analizan el riesgo, luchan contra las causas y actúan sobre la vegetación e infraestructuras, entre otros. El problema es que cada año hacen falta más esfuerzos porque el terreno forestal en Catalunya no para de crecer y a eso se le suma un clima cada vez más seco y extremo. "Hace unos años la gente vivía de la tierra y había más terreno agrícola. La gente hacía un aprovechamiento del bosque que ahora ha desaparecido. Eso hace que no se formen mosaicos agroforestales y que, por lo tanto, no haya discontinuidades en los terrenos. Y eso no ayuda a la extinción de incendios porque no frenan en ningún sitio", explica la ingeniera técnica forestal, Laura Guitart.

En las últimas décadas Catalunya ha pasado de tener un 30 % de terreno forestal a un 70 % por el abandono del campesinado. Este cambio, sumado a los efectos del cambio climático, que provoca duras sequías y altas temperaturas, han hecho de nuestro país un polvorín. Es por eso que la gestión forestal es más necesaria que nunca. De hecho, la Generalitat ha multiplicado los recursos en este ámbito, pero hace falta que las inversiones vayan acompañadas de un cambio social. En este sentido, Jordi Bayés, ingeniero forestal y técnico del GPIF, asegura que también está en nuestras manos prevenir los incendios forestales. Por ejemplo, fijándonos en las etiquetas cuando vamos al supermercado. "Aunque no lo parezca, consumir producto local es una buena manera de prevenir incendios. Hace que la gente se arraigue al territorio y se pueda mantener el mosaico agroforestal", destaca.

Es imposible evitar todos los incendios, pero dificultar el desplazamiento de los incendios una vez producidos es uno de los objetivos de la prevención. Para conseguirlo, se hace indispensable realizar un correcto uso del combustible vegetal y contar con las infraestructuras que permiten controlar el incendio de una manera rápida: las áreas cortafuegos, los depósitos de extinción, inspección y control. En esta línea, hay que recordar que en 9 de cada 10 incendios ha habido actividad humana.

¿Cómo se prevé este verano?

El cambio climático demuestra que las campañas forestales ya no son exclusivas del verano y la campaña de este año viene marcada por un invierno que, por segundo año consecutivo, ha sido seco sobre todo en la zona central del país. Además, los episodios de calor que hemos vivido los últimos días han tenido un impacto duro para la vegetación, ya castigada por las pocas lluvias que se arrastran de las últimas semanas. Eso hace que las previsiones no sean muy buenas.

La campaña forestal 2022 coincide con un riesgo de incendio elevado. En las comarcas de Ponent las temperaturas pueden llegar a los 40 grados y, sumadas a unas humedades relativas inferiores al 10 %, son especialmente peligrosas con respecto al inicio de fuegos. Por este motivo, hay que extremar las precauciones de prevención, con acciones como no encender fuego en zonas boscosas o hacer una barbacoa, no encender petardos ni cohetes a menos de 500 metros de zonas boscosas o de vegetación o no tirar nunca, en ningún caso, colillas cuando circulamos por la carretera. "Hay que ser conscientes de que nosotros somos un peligro. No digo que haya maldad en la gente, pero sí que tenemos que ser conscientes de que pequeñas acciones que nos parecen inofensivas pueden causar mucho daño. Por ejemplo, aparcar el coche en un arcén con vegetación, si está caliente, puede ser el inicio de un fuego", añade Bayés.

Este verano la campaña contará con más de 5.000 servidores públicos, una cuarentena de medios aéreos, 1.200 medios terrestres y 16 drones del cuerpo de Agents Rurals. Además, se ha reforzado el cuerpo de Bomberos con más de 500 personas y las Asociaciones de Voluntarios de Protección Civil también colaborarán haciendo funciones de sensibilización y prevención ante el riesgo. Todo, para preservarnos a nosotros mismos y uno de los mayores patrimonios que tenemos en nuestro país.