Burger King ha anunciado este viernes el cierre de todos los restaurantes propios en la península para evitar la expansión del coronavirus. Además, ha recomendado el cierre "inmediato" de los establecimientos a los franquiciados de la marca. La compañía seguirá ofreciendo servicio a domicilio a los clientes como una medida para "contribuir" a la reducción de la salida de las viviendas hasta que las autoridades lo recomienden.

La cadena ha activado un protocolo especial de seguridad para el servicio a domicilio, con el objetivo de garantizar la seguridad tanto de los empleados como de los clientes. "Se trata de una medida drástica, pero somos conscientes de que es necesaria para proteger la salud de los clientes y empleados de los restaurantes"; ha manifestado la empresa en un comunicado.