La Guardia Urbana de Barcelona efectuó esta pasada noche y madrugada un macrocontrol preventivo de alcoholemia y drogas en dos puntos de la capital catalana –uno en la ronda del Mig, a su paso por debajo de la avenida Diagonal–, en el marco de la Operación Navidad y en una de las noches con más cenas de empresa. Desde las 22 horas del viernes y hasta las 06.00 horas de hoy el sábado se realizaron 321 controles preventivos de alcoholemia, 18 de los cuales resultaron positivos (2 de trámite penal). Con respecto a los controles de drogas, la Guardia Urbana efectuó 27 controles, y 14 dieron positivo. De hecho, según informa el cuerpo policial barcelonés, el 9% de los controles de alcoholemia en la capital catalana hasta noviembre (7.330 de 81.008) han dado positivo. Con respecto a los drogotests, durante este mismo periodo la Guardia Urbana ha efectuado 2.748 pruebas, y 1.908 resultaron positivas, casi el 69,4% del total.

Conducir bajo los efectos del alcohol y otras sustancias fue la primera causa indirecta de los accidentes con víctimas que se produjeron en la ciudad el año pasado. 195 conductores implicados en accidentes de tráfico dieron positivo en alguna de estas sustancias, 189 en alcohol y 6 drogas. El año 2015 se produjo un aumento del 10,53% de los accidentes en los que iba asociado un exceso de alcohol.

"Hay que tomar conciencia"

Carles Reyner, intendente de la División de tráfico, afirma que combatir la conducción bajo los efectos del alcohol y las drogas "preocupa todo el año", pero que durante las fiestas se intensifican los controles porque "mucha más gente sale y consume, tanto al mediodía como por la noche". "Lo que nos interesa mucho en los controles es sacar de la circulación a las personas que no están en condiciones de conducir, porque son un peligro para ellos y para los otros, ha subrayado Reyner".

El intendente de la división de tráfico ha hecho un llamamiento a tomar "conciencia" del peligro que supone circular bebido o drogado y ha alertado que los resultados muestran que el número de personas que se ponen en el volante a pesar de haber consumido alcohol o sustancias estupefacientes no se está reduciendo. Por eso ha insistido en que hay que seguir trabajando con mucho esfuerzo en este ámbito.

Un motorista, positivo por drogas

El macrocontrol en la ronda del Mig empezó a las 11 de la noche y, si bien podía parecer que era temprano para enganchar positivos en alcohol o drogas, los agentes aseguraron que no tardarían a llegar. La experiencia se lo ha enseñado. Pocos minutos después, el conductor de un ciclomotor se sometió al test de drogas y dio positivo. Esta prueba, que consiste en tomar muestras de la saliva y aplicar un reactivo, es provisional. En caso de dar positivo, inmediatamente después se realiza un segundo test que se envía al laboratorio, y estos serán los resultados definitivos. Los agentes inmovilizaron el ciclomotor y el conductor y su acompañante se esperaron que les vinieran a buscar unos amigos.

Mientras este conductor se sometía al drogotest, la grúa municipal se llevó a un turismo que no podía circular porque no tenía seguro. Su conductor, además, tenía el permiso de conducir caducado. Pocos minutos después, la grúa retiró otro turismo, en este caso por no tener permiso de circulación.

El conductor de otro turismo dio positivo en el drogotest provisional. A su lado, al cabo de poco rato, los resultados acreditaron que otro conductor que iba con el coche prácticamente lleno había consumido drogas. Los agentes buscaron entre sus acompañantes a alguien que pudiera conducir. En caso de no encontrarlo, el vehículo queda inmovilizado.

"Ni una gota"

Los conductores que no habían bebido ni habían tomado drogas se marcharon mucho más rápido del control policial, después de que los agentes les verificaran la documentación. Este es el caso de Jana Tauler, que pocos minutos después de que los agentes le hicieran parar el ciclomotor, reanudó el camino de vuelta en casa. El resultado del control de alcoholemia, 0.00. Tauler, que había salido a cenar pero que había terminado pronto porque tenía exámenes, contó que cuando vio luces de vehículos policiales intuyó que la pararían. "No he bebido ni una gota y estaba muy tranquila", señaló.