El PSOE ha acordado una iniciativa en el Congreso con Unidas Podemos (UP), Esquerra (ERC) y Bildu que reabre la posibilidad de una futura regulación del cannabis no psicoactivo, aquel que tiene un porcentaje tetrahidrocannabinol (THC), el activo euforizante, inferior al 1%. La iniciativa, que se ha aprobado a la Comisión de Agricultura del Congreso, se ha concretado en la regulación del cáñamo industrial y llega un mes después de que el Congreso tumbara la propuesta de ERC para regular el cannabis de forma integral, también en el ámbito recreativo.

La iniciativa original, presentada por UP, ERC y Bildu, reclamaba aprobar una norma estatal que regule todos los aspectos que afectan las actividades del ciclo de producción del cannabis no psicoactivo. La diputada de UP Lucía Muñoz ha argumentado que prohibir este tipo de cannabis es como prohibir el café descafeinado o la cerveza sin alcohol, justificándolo con los criterios de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) y ha apuntado que además, tiene consecuencias negativas en la competitividad de la agricultura española. Sin embargo, finalmente se ha dado luz verde a una enmienda presentada por el PSOE, que aunque no cierra la puerta a la regulación en el futuro, se centra en el cáñamo industrial y rebaja mucho el objetivo inicial.

El texto que se ha aprobado busca dar seguridad jurídica a los productores y comercializadores del cáñamo industrial, y a los consumidores de sus productos derivados, eso sí, siempre que se respete la protección de la seguridad ciudadana, la sanidad y la agricultura. También reclama "establecer en una futura regulación del cáñamo industrial la limitación del porcentaje de THC que asegure la ausencia de efectos estupefacientes, así como un rendimiento mayor de los cultivos y su sostenibilidad conforme al Pacto Verde Europeo; una cosa que, si no se hace, obligaría a operar en este mercado con una desventaja clara respecto de otros países de nuestro entorno". 

Al mismo tiempo, pide "clarificar la plena competencia sobre el cultivo de cáñamo de las autoridades competentes en materia de agricultura y, en concreto, para la tramitación de las declaraciones de cultivo de cáñamo con hasta industriales y hortícolas". Una actividad que no estará limitada a los usos tradicionales, sino también a la producción y el comercio de todas las partes de la planta, incluidas las floras sin efectos estupefacientes.

Finalmente, el texto insta el Gobierno a "armonizar el proceso de inspección, fiscalización y análisis de los cultivos de derivados de la planta del cáñamo a través de las autoridades competentes" y a "estar observantes a los avances que se están haciendo en el ámbito europeo para implementar diligentemente un marco legal sobre todos los alimentos derivados del cáñamo, incluso con contenido en CBD y otros cannabinoides que no tengan efecto estupefaciente, teniendo en cuenta, si procede, los procesos de autorización de nuevos alimentos".