Cerca de 300 condenados a trabajos comunitarios cumplen la pena haciendo tareas de prevención de la Covid-19. Se encargan de gestionar los accesos de diferentes equipamiento para garantizar que se respete la distancia de seguridad y dispensar mascarillas y gel hidralcohólico.

Los participantes, la gran mayoría hombres (89%), son condenados por delitos de tráfico (39%), violencia de género (20%), lesiones (21%) y hurtos (13%). Uno de ellos, David, de 21 años, fue condenado a 40 días de trabajos comunitarios por un delito leve de tráfico que ha cumplido en el CAP Santa Rosa de Santa Coloma de Gramanet con una valoración "muy positiva". "He conocido a mucha gente y he descubierto un sector, el sanitario, al que querría seguir vinculado," señala.

Se trata de una iniciativa que el Área de Medidas Penales Alternativas ofrece desde el verano a entidades y organismos colaboradores. En julio ya había 80 personas que cumplían la pena haciendo este tipo de tareas.

Los trabajos se hacen en un centenar de ayuntamientos, juzgados de todo el territorio, equipos de atención primaria de salud (EAPS), centros cívicos, clubs deportivos o bibliotecas, entre otros espacios.

Los trabajos comunitarios ayudan a la reinserción

Gisela Torns, directora general de Ejecución Penal a la Comunidad, recuerda que para el Departament de Justécia la pena privativa de libertad "siempre es el último recurso" y que los trabajos comunitarios, como estos realizados haciendo tareas de prevención de la Covid-19, "ayudan a la rehabilitación de las personas y a su reinserción". En este sentido, destaca que el índice de reincidencia de los condenados que hacen trabajos comunitarios es muy menor que el de los que cumplen la pena en la prisión.

Torns añade que esta modalidad de cumplimiento de la pena la puede imponer el juez como medida sustitutiva de otras penas impuestas inicialmente, o bien directamente como pena por la comisión de un delito.

Bueno para el condenado y para el personal del CAP

Mariano Hidalgo, coordinador del Institut Català de la Salut (ICS) de los 34 condenados asignados en la región metropolitana norte, asegura que ha sido una experiencia beneficiosa para todas las partes. Para los condenados porque cumplir la pena haciendo tareas comunitarias en un CAP, por ejemplo, "les sube la autoestima" y les hace "sentirse útiles" y por los mismos centros porque han podido delegar en estas personas trabajos que tenían que hacer con personal administrativo propio que ahora han destinado a la atención telefónica.

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David en la entrada del CAP Santa Rosa de Santa Coloma de Gramanet / ACN

David, por ejemplo, ha cumplido la pena de 40 días de trabajos comunitarios en el CAP Santa Rosa de Santa Coloma de Gramanet. Se lo propuso el responsable del juzgado y no dudó al aceptar porque la alternativa era una multa muy elevada o tres meses de prisión.

Cumplida su condena hace una valoración muy positiva de la experiencia. Asegura que ha tenido una magnífica relación con los profesionales del centro -hasta el punto que ya le han ofrecido alguna oferta de trabajo-, y que se ha sentido útil ayudando a los demás, principalmente a las personas mayores que durante la pandemia lo están pasando muy mal. "Después de equivocarme cometiendo un delito, aquí me he sentido útil y valorado", añade.

Además, David reconoce que le ha servido también para descubrir hacia dónde quiere orientar su futuro académico y laboral. "Cuando llegué no sabía ni qué estudiar, y ahora tengo claro que me gustaría hacer un grado medio de administración de sanidad para ver si me contratan para hacer un trabajo similar al que he desarrollado estos días", apunta.

Papel clave de las entidades en la rehabilitación

La rehabilitación de los penados a trabajos comunitarios no es posible sin la colaboración de las entidades que trabajan con el Departament de Justícia. Son 1.825 entidades que ofrecen 5.100 plazas para personas condenadas a trabajos comunitarios. El año 2020 un total de 9.605 personas hicieron trabajos comunitarios. Esta cifra representa una disminución del 19% respecto del año 2019.

Imagen principal: David haciendo trabajos comunitarios en el CAP Santa Rosa / ACN