El sacerdote de la Congregació de Fills de la Sagrada Família P. J. C. que tenía pornografía infantil en su ordenador ha sido condenado a dos años de inhabilitación para cualquier profesión u oficio que comporte contacto regular y directo con menores. La sentencia, dictada por el Juzgado del Penal número 19 de Barcelona, también impone nueve meses de multa con una cuota diaria de seis euros. El religioso fue denunciado por un informático del Colegio Pare Manyanet por tener pornografía infantil en el portátil y la sentencia confirma que el sacerdote había descargado fotos y vídeos de menores desnudos, pero descarta que el material fuera producido por él o compartido con terceros. Por todo ello se le condena por un delito de posesión de pornografía infantil.

La Congregación de Hijos de la Sagrada Familia, congregación a la cual pertenece la escuela, ha emitido un comunicado en que afirman que desde el momento de la denuncia se apartó el religioso de las responsabilidades pastorales y se abrió un proceso canónico. Se dictaron como medidas cautelares la prohibición de cualquier actividad pastoral, de celebrar culto en público y de cualquier contacto con menores, a la espera de la resolución judicial. Además, se estableció la residencia del religioso a la comunidad de la enfermería de Barcelona y se sienta de la curia general, bajo el control de sus superiores, para garantizar el cumplimiento de las medidas cautelares.

La congregación también ha puntualizado que el exrector de la parroquia de Sant Josep Manyanet del barrio de Sant Andreu de Barcelona "no ha sido nunca acusado, investigado o condenado por ningún delito vinculado al abuso de menores, intimidación, ni por ninguna actitud inapropiada, ni ninguna otra circunstancia vinculada a su tarea pastoral". Una vez conocida la sentencia, la congregación lo ha comunicado al tribunal eclesiástico que hace la investigación canónica y, a la espera de la resolución correspondiente, mantiene las medidas cautelares mencionadas.

Hay que recordar que la Congregación de Hijos de la Sagrada Familia expedientó al informático que denunció el caso. La congregación justificó que lo hacía "no para que hiciera la denuncia, ya que era su deber, sino porque se consideró que tendría que haber informado, al mismo tiempo, a la dirección de la escuela". Esta sentencia pone de manifiesto la necesidad de garantizar la protección de los menores ante el abuso y la explotación sexual. La posesión de pornografía infantil es un delito que tiene que ser perseguido y sancionado con firmeza para evitar que esta práctica siga afectando a los más vulnerables. Es imprescindible que las instituciones religiosas y educativas implementen protocolos de prevención y detección precoz de posibles casos.