Si una cosa nos ha dejado claro el coronavirus, es que los abrazos y los besos, que ahora no nos podemos dar como antes, son más importantes de lo que nos pensábamos. Saludarnos con el codo, de lejos, con movimiento de cabeza o con una mirada se han convertido ahora en el pan de cada día. En este contexto de pandemia mundial, ¿es posible acortar las distancias sin verse y demostrar afecto y amor sin tocarse?

Es difícil que un gesto o una palabra tenga las mismas propiedades. Sin embargo, la palabra es un medio para expresar emociones muy importante. Y de momento, todavía no está censurado. "El amor es, básicamente como saben los poetas y los amantes, las cartas, notas, palabras. Esta sería la primera fórmula. La palabra como instrumento para transmitir emociones y pasiones", explica José Ramón Ubieto, psicólogo y profesor colaborador de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC. "Eso se puede hacer por vídeo, WhatsApp y de cuerpo presente".

¿Por qué nos gustan tanto los abrazos?

Más allá de la palabra, sin embargo, una segunda fórmula es la mirada. "Es el abrazo virtual", describe. "La mirada prolonga el tacto. Allí donde no llegamos con las manos, llegamos con la mirada. 'Te comería con la mirada'. Todas estas metáforas demuestran que la mirada es una prolongación del tacto". De esta manera, explica que estas miradas pueden tomar más fuerza en situaciones dramáticas como por ejemplo, a las UCI o prisiones. "Vemos cómo la mirada es un abrazo más posible".

Y todavía habría una tercera fórmula. Esta, sin embargo, tal vez sea un poco más complicada en tiempos pandémicos. Según señala el psicólogo, este otro método consiste en encontrarse en torno a un círculo. "En una mesa, para comer, eso es una manera de transmitir afecto porque el círculo rodea un vacío. El abrazo elimina el vacío entre dos personas". Y recuerda que, por ejemplo, los encuentros de Alcohólicos Anónimos siempre se reúnen en torno a un círculo: "No sólo para eliminar la jerarquía, sino para acompañar".

Así pues, ahora que encontrarse presencialmente se hace difícil, Ubieto destaca que el mundo virtual ofrece muchas posibilidades. "La mirada también se puede hacer virtualmente", expone. E insiste en estos encuentros al aire libre o en un parque respetando siempre las medidas sanitarias.

¿Qué pasa con los hemofílicos emocionales?

Para aquellas personas que no coagulen bien las emociones o que, en otras palabras, tengan ciertas limitaciones a la hora de expresar y transmitir emociones, Ubieto cree que en esta situación pandémica están bastante a gusto. "Para las personas fóbicas, que tienen cierto distanciamiento social, que ya buscan una distancia social porque les provoca miedo o por excesiva timidez, la situación actual es una suerte". Y resalta que "ellos no tienen problema porque no necesitan este contacto próximo".

 

Imagen principal: dos figuritas chinas se acercan, pero no se tocan / Unsplash