El dispositivo Ubiq que se puso en marcha en Barcelona el 1 de noviembre pasado ha cerrado 14 pisos más en el distrito de Ciutat Vella, donde se había detectado una actividad relacionada con el tráfico de sustancias estupefacientes. La mayor parte de estos pisos se han devuelto a los propietarios y en algunos casos ya se ha detectado que están viviendo familias.

El local de la calle Riereta 11 ha sido el último que ha cesado su actividad delictiva después de ponerlo en funcionamiento a raíz del a dispositivo Bacar que acabó con 40 registros y 55 detenidos. La colaboración ciudadana permitió saber que en este espacio se había abierto un nuevo narcopis donde iban diariamente toxicómanos.

Este lunes por la noche, después de hacer las comprobaciones diarias para detectar si la actividad delictiva continuaba en este local concreto, los Mossos d'Esquadra vieron que estaba vacío y lo aseguraron para evitar nuevas ocupaciones. Al día siguiente, este martes, lo pudieron entregar a su propietario. En este caso, los responsables del local tomaban medidas de seguridad limpiando diariamente las instalaciones para no dejar ningún indicio ni restos de jeringas en caso de una entrada y cacheo.

El dispositivo Ubiq, con efectivos de la Unidad de Seguridad Ciudadana, del Grupo de Delincuencia Urbana y de Proximidad de la comisaría de Ciutat Vella, del Área Regional de Recursos Operativos y del Grupo Regional de Motos de Barcelona, ha permitido incrementar la presencia policial uniformada en las calles del distrito de Ciutat Vella y sobre todo en las zonas más sensibles y conflictivas. El aumento de la presencia policial también ha comportado que los narcopisos se empiecen a desplazar hacia otras zonas de la ciudad, motivo por el cual la policía ya ha cerrado dos en el Eixample.