La Asociación profesional de Agentes Rurales de Catalunya ha informado de que el juzgado de instrucción número 4 de Lleida ha suspendido la licencia de armas y de caza al propietario del arma con que un cazador mató dos agentes rurales el pasado 21 de enero en el coto de Aspa.

Eso supone que no puede participar en cacerías ni obtener una nueva licencia. Esta era una medida cautelar pedida por el letrado de la Generalitat siguiendo las indicaciones del Departamento de Agricultura. El hombre, Miguel Ángel Fernández, declaró el lunes pasado al juzgado y quedó en libertad con cargos como presunto cooperador necesario en un delito de tenencia ilícita de armas. La Guardia Civil ya le impuso una sanción y le retiró todas las armas que tenía a su nombre.

El hombre que tenía a su nombre la escopeta con que se cometió el crimen de Aspa explicó al juzgado que se la olvidó dos días antes del crimen en el vehículo de Ismael Rodríguez, autor confeso de los hechos, cuando los dos, que eran amigos, fueron juntos a un coto, según explicó su abogado, Ignasi Masses.

Días antes Fernández acudió con Rodríguez a la Guardia Civil para cambiar el nombre de esta escopeta y de dos armas más porque a su amigo le caducaba la licencia y se las quedó él.