El cambio climático provocará que el nivel del mar Mediterráneo suba un metro afectando "masivamente" a la región y Catalunya podría sufrir riesgo de desertificación. Así lo detalla el estudio de la red Mediterranean Experts on Climate and Environmental Change (MedECC) que se ha hecho público este jueves en el Foro Regional de la Unión para el Mediterráneo (UpM) en Barcelona.

Habrá efectos negativos para la salud humana, ha explicado el coordinador del MedECC, Wolfgang Cramer. También ha remarcado que habrá inseguridad alimentaria y pobreza, relacionada con la falta de agua potable y de comer. De esta manera, ha señalado que estas problemáticas pueden dar lugar a crisis sociopolíticas que generan migraciones. "Si mejoramos la colaboración entre países y la forma de gestionar la situación política, aumentará la resiliencia al cambio climático".

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Mínimos y máximos de temperaturas del mar para los años 2070 a 2099 / Captura del informe del MedECC 

Este es el primer estudio sobre el impacto del cambio climático en la región mediterránea, y su coordinadora, Semia Cherif, ha alertado de que si se da un escenario donde los gases de afecto invernadero sean altos, a finales del siglo 2100 el aumento de la temperatura podría llegar a los 5 grados centígrados, mientras que sólo subiría 1 grado si se reducen las emisiones. Históricamente, la región se calienta un 20% más rápido que la media global, y contiene la mitad de las 20 ciudades del mundo que más se verán afectadas en 2050 por la subida del nivel del mar, y en eso se suma que el informe, elaborado por 85 científicos, prevé que más de 250 millones de personas sufrirán escasez de agua en 20 años.

Con respecto a las precipitaciones también habría cambios. Durante los meses de verano, bajarán entre un 10% y un 30%. Y los acontecimientos extremos, como por ejemplo, olas de calor, las sequías, los incendios, las inundaciones y desbordamientos de ríos serán más frecuentes. De hecho, con estos cambios temporales media Catalunya sufriría un riesgo de desertificación moderado. Los desiertos se expandirían, según recoge el informe, hasta el sur de España y Portugal, el norte de Marruecos, Argelia, Túnez, Sicilia, el sur de Turquía y partes de Siria.

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Peligro de desertificación / Captura del informe del MedECC

Todo eso tendrá consecuencias directas para los habitantes de la zona. Habrá problemas para acceder al agua, porque las fuentes de este bien están disminuyendo, no sólo en cantidad sino también en calidad. 

También con respecto a la alimentación, que pasan por el aumento de la demanda mientras que el rendimiento de los cultivos, pesca y ganadería bajan. La región produce el 60% del trigo del mundo pero cada grado de temperatura que se suba reducirá la cosecha un 7,5%, hecho que puede comportar una caída de la producción en un 37,5% en el 2090. Eso es una consecuencia importante, teniendo en cuenta que el trigo es la base de la pirámide alimentaria en el Mediterráneo. El mar también se verá gravemente afectado. La subida de un grado, multiplicará por diez las áreas en las cuales el oxígeno es bajo. Este hecho provocará una reducción en entre un 20% y un 30% el tamaño de los peces. De esta manera, el año 2050 los peces experimentarán una reducción del 49% su peso corporal. 

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Recursos de agua potable en el Mediterráneo / Captura del informe del MedECC

Este hecho, puede provocar también conflictos con respecto a la seguridad humana. Habrá riesgos de inundación, lluvias, desprendimientos y sequías. Tal como recoge el informe, un tercio de la población –en torno a 150 millones de personas– vive al lado del mar y las infraestructuras muy cerca del nivel del mar. Hay que añadir que esta problemática podría traducirse en migraciones.

Estos movimientos y cambios pueden comportar problemas para la salud. De esta manera, pueden surgir patologías relacionadas con las altas temperaturas, como por ejemplo, un exceso de radiación o proliferación de mosquitos. Por lo que hace referencia a los ecosistemas, también está previsto que sufran las consecuencias del cambio climático, como la contaminación o la sobreexplotación.