El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha confirmado en una sentencia la sanción de seis meses de suspensión de funciones impuesta a un policía español al estimar que su actividad paralela de actor porno es incompatible con su función policial y afecta al prestigio del cuerpo y a la ética profesional. La resolución desestima el recurso del agente contra el acuerdo de la Unidad de Régimen Disciplinario de la Dirección General de la Policía de 24 de noviembre de 2020, que le impuso dicha sanción.

El TSJM considera que la difusión pública de actividad sexual, autocalificada como pornográfica, llevada a cabo por un miembro en activo de la policía española, en este caso en redes sociales, "conduce al desprestigio de esta y al deterioro de la imagen de profesionalidad y seriedad de esta institución". Al respecto, señala que "en la realidad social en que vivimos, la actividad de actor pornográfico no lleva asociadas las ideas de profesionalidad, seriedad, prestigio o autoridad".

Sus compañeros lo reconocieron

Los magistrados explican que "no es obstáculo para esta conclusión que el actor, al promocionar su actividad pornográfica, no se identifique como policía cuando en dichas promociones se incluye su imagen, lo que permite que sea reconocido por sus compañeros o por el público en general, como de hecho ha sucedido". Añaden que, además, el policía no pidió la correspondiente autorización para compatibilizar la función policial con la actividad de actor porno, que en cualquier caso, a juicio del tribunal, habría sido desestimada.

Por otra parte, en contra de lo alegado por el agente, a juicio del tribunal "existen fuertes indicios del cobro de cantidades por su actividad de actor pornográfico". El sancionado mantuvo que lo hacía por afición, como amateur, además de asegurar que solo cobraba su expareja, con la que participaba en actuaciones. Pero el tribunal insiste en que "aparte de ofrecer su contratación de formas individual como actor pornográfico, es un hecho reconocido que su entonces pareja en los espectáculos publicitados en redes sociales sí que cobraba por las actuaciones, y como formaban una unidad de convivencia, el actor se beneficiaba indirectamente de esos cobros al compartir gastos".

Según relata Eldiario.es, este agente estaba destinado en Andalucía y, al mismo tiempo, se promocionaba en diversas redes sociales como actor porno desde, al menos, noviembre de 2018. La sanción llegó en 2020, cuando su actividad paralela llegó a oídos de los altos mandos policiales. Estos perfiles, explica el digital, eran de redes sociales como Twitter, Facebook o Instagram, donde publicaba contenido erótico en el que no se identificaba como policía, pero dejaba un email de contacto para contratar sus servicios.