Cerca de 1,1 millones de euros en menos de seis años. Esta cifra es la que recibieron en donaciones Fernando Blanco y Margarita Garau con el fin de paliar los efectos de la enfermedad que sufría su hija Nadia. La pareja ―que se enfrenta a una pena de seis años de prisión por estafa continuada― recorrió los platós de televisión y las emisoras de radio de toda España para explicar la delicada situación de la pequeña debido a una tricotiodistrofia, una afectación genética muy rara. Este martes arranca el juicio contra los padres por presuntamente enriquecerse aprovechando la dolencia de la menor y todo apunta a que la estrategia de defensa que seguirán los dos progenitores no será la misma.

La pareja cuenta con dos abogados diferentes y la madre de la menor habría negociado un pacto con la fiscalía con el fin de rebajar la pena a la que se enfrentan, según publica El Periódico, opción que el padre habría rechazado. Todas las previsiones apuntan a que la defensa de Blanco se moverá en dos ámbitos. Por una parte, intentará justificar el motivo de los múltiples viajes al extranjero y, por la otra, intentará demostrar que sí que realizó las visitas al médico para las cuales recibió el gran volumen de donaciones, pero que pagó siempre en metálico.

Según la fiscalía, sólo hay constancia documental de gastos en atención sanitaria para la pequeña por el valor de 2.000 euros. Sin embargo, en el momento en que se intervinieron las cuentas bancarias de los progenitores, tan sólo figuraban en el banco 300.000 euros del total recibido. De la cantidad de dinero restante invertida en tratamientos para Nadia no hay rastro. La fiscalía señala que el matrimonio habría utilizado las donaciones para pagar el alquiler del domicilio de Fígols (Lleida) y en otros gastos personales como la adquisición de un coche.

El afán desmesurado de la pareja para enriquecerse a través de la enfermedad de su hija llevó al padre de la menor a manifestar en una entrevista que él mismo sufría cáncer con el fin de "sensibilizar más a los oyentes y espectadores", según se detalla en un informe de los Mossos. Hasta ahora, la fiscalía ha podido identificar a un total de 5.574 donantes que habrían contribuido a la causa mediante aportaciones por transferencia bancaria, sin contar las posibles donaciones en efectivo o en colectas y subastas.

Desde la entrada en la prisión de Blanco a finales de 2016, Nadia ha vivido con una tía materna en Binissalem (Illes Balears). La madre, en libertad con cargos, perdió la custodia de la pequeña y sólo puede visitarla los sábados y domingos. La otra acusación que recaía sobre los padres de la menor por exhibicionismo y pornografía infantil fue archivada hará cerca de un año por la Audiencia de Lleida al considerar que las imágenes donde aparecía la hija desnuda no tenían un "incuestionable carácter sexual". Con respecto al delito de exhibicionismo, la Audiencia dictaminó que la presencia de la menor en la misma cama no implica que presenciara el acto sexual capturado en las imágenes.