Las Càritas diocesanas de Catalunya han presentado este jueves la memoria de las atenciones sociales que realizaron durante el 2020. A consecuencia de la pandemia, la entidad aumentó un 26% más con respecto al año 2019 el número de hogares atendidos a través de sus servicios de emergencia y las ayudas económicas destinadas a la alimentación. En concreto, son 141.194 hogares donde viven 272.702 personas las que se beneficiaron de la acción social de Càritas.

Uno de los problemas que ve la organización es que han detectado que el 44% de las personas atendidas no tienen una vivienda digna y que más de la mitad de los hogares se encuentran en una situación de pobreza severa. Para poder hacer frente a estas atenciones, Càritas desplegó 46 millones de euros, casi medio millón más que el año 2019, y eso les ha reportado un déficit de 3,2 millones.

En particular, durante la pandemia, Càritas explica que los colectivos más afectados por la exclusión social son las madres solas, las familias con hijos, las personas mayores y las personas que provienen de otros países y que no tienen su situación regularizada. Más de la mitad de las personas atendidas por la entidad son mayores de 30 años, en tanto que el 19% de ellos son menores de edad, el 17% tienen entre 18 y 29 años y el 6% son personas de 65 años o más.

Estos datos responden, a ojos de la entidad, a una "crisis económica y social no resuelta y anterior a la pandemia que ha hecho que las familias que se encontraban en situación de exclusión social han vuelto a sufrir las peores consecuencias del paro de la economía".

Sólo 1 de cada 10 personas reciben la Renta Garantizada de Ciudadanía

Con respecto a las medidas de protección social de las que disponen las administraciones públicas, Cáritas indica que sólo un 9,7% de las familias atendidas recibe la Renta Garantizada de Ciudadanía. Paralelamente, el 50,5% de todas las personas atendidas tampoco tienen información sobre esta prestación y el porcentaje es todavía más alto con respecto al Ingreso Mínimo Vital (IMV), ya que se llega al 64%. Sólo dos de cada diez personas consideran que tienen bastante información para poder iniciar la tramitación del IMV.

 

En referencia a la tenencia de vivienda, un 27% de ellas no tienen, las ocupan, les atienden entidades sociales o los acoge alguien y no pueden pagar por su estancia. Casi la mitad viven de alquiler, un 17% en una habitación de realquiler y sólo un 9% en un inmueble del cual son propietarios.

Sobre su situación administrativa, un 33% es población extranjera en situación irregular, un 34% de ellos son extranjeros que sí que tienen la situación regularizada y el 33% restante corresponde a población con nacionalidad española.

Finalmente, un 64% de las personas atendidas por Càritas son población activa que está en el paro y que busca trabajo, un 16% sí que tiene un ocupación laboral y el 20% es población inactiva, sea porque son pensionistas o bien porque no buscan trabajo y no trabajan. Para la entidad, estos datos ponen de manifiesto "la estrecha relación entre el paro y la exclusión social" y, en el caso de los trabajadores que necesitan la cobertura de Cáritas, se trata de trabajos "precarios con los cuales no pueden cubrir las necesidades básicas".

Con este informe de 2020, Càritas Catalunya considera que hace falta "un rescate social que garantice los tres pilares fundamentales para una vida digna: trabajo, vivienda y garantía de unos ingresos mínimos".

 

Imagen principal: De izquierda a derecha, Anna Roig (comunicación de Càritas), Francesc Roig (presidente de Càritas), Joan Planellas (arzobispo de Tarragona) y Míriam Feu (acción social de Càritas). ACN.