El principal obstáculo para salir de una situación de pobreza extrema es conseguir una vivienda digna. Es una de las principales conclusiones de la memoria 2017 de Cáritas de Barcelona basándose en su experiencia en la ayuda a miles de familias en situación precaria, ya que todas tienen esta problemática en común. De las más de 12.000 familias atendidas, más de la mitad vivían en situaciones no dignas como barracas, realquileres o pisos de acogida, mientras que en el 2016 eran el 44,5%.

En general, durante el 2017, Cáritas atendió a 22.635 personas, un 1% más que en el 2016 y 2,3 veces más que en el 2007, cuando fueron menos de 10.000. Los servicios prestados se han multiplicado por cuatro.

De todos los hogares atendidos, unas 12.165, el 50,15% vivían en viviendas no dignas, mientras que en el 2016 suponían el 48% del total. Así, viven en la calle, vehículos o en barracas (6% de las familias atendidas), en viviendas ocupadas (3%), acogidas por familiares o amigos (7%), de realquiler en una habitación (25%) o con entidades sociales (8,6%). En total se atendieron 2.921 personas sin vivienda, 600 familias más que el 2016. Respecto del 2016 han bajado a las familias que viven en pisos de propiedad y han aumentado el resto, como las que viven en la calle, en barracas|chabolas o vehículos, un 36% más, o las que habitan pisos ocupados, un 28%.

La situación este 2018, hasta abril, no es mejor. Entre las familias atendidas, han aumentado un 7% los hogares donde viven personas solas y un 25% las que viven en situación de sinhogarismo.

Para paliar la situación, la entidad destinó 2,8 millones de euros a ayudas económicas directas, un 10% más que el 2016, el 47% de los cuales, 1,3 millones, fueron para gastos relacionados con la vivienda, como ayudas a alquiler, electrodomésticos o suministros.

Gracias a ayudas económicas, a la mediación con los propietarios y a 1.351 plazas destinadas a vivienda (335 pisos unifamiliares, 31 centros residenciales y 25 pisos compartidos) se ha evitado que 3.629 personas se quedaran en la calle. El director de Cáritas, Salvador Busquets, ha dicho que mientras en los primeros cuatro años de la crisis se pudo parar un desahucio cada día por|para la mediación con los bancos, ahora es más difícil la negociación porque los bancos se han ido vendiendo los pisos a particulares, que vuelan o necesitan sacar un rendimiento económico. De hecho, la propia Cáritas tiene problemas para adquirir viviendas debido al incremento de los precios.

Por todo eso, Cáritas constata la falta de vivienda a precio asequible para las personas vulnerables, sobre todo a Barcelona y su entorno, y propone regular el precio del alquiler e incrementar el parque de vivienda pública del 2% actual al 15% por término medio europea, con la creación de unos 2.000 pisos cada año.

Además, piden que se descongelen las ayudas al alquiler, ya que actualmente no puede acceder ninguna familia más si no se mujer de baja otra, y quieren que la Renta Garantizada de Ciudadanía (RGC) sea compatible con estas ayudas al alquiler, tal como lo era hasta ahora la Renta Mínima de Inserción.