Albert Santamaria es bombero desde hace 15 años. Espera el fuego en el Parque de Granollers. Es bombero de primera de la escala básica y tiene conocimientos de sanitario. Trabaja en un binomio de ataque, reforzado por otras dos personas durante la campaña forestal. Albert trabaja cara a cara con el fuego. Lo encontramos saliendo de entre las cenizas, en Teià, cuando prácticamente el incendio ya está extinguido. Trepa por el monte y llega al punto de tráfico donde están los compañeros comiendo. Antes de tomar un bocado, se aviene a explicarnos cómo trabaja un bombero raso.

"Seguimos el fuego", dice, "si el fuego recorre un kilómetro, pues nosotros vamos detrás con un kilómetro de manguera". Los bomberos de tierra cogen un flanco del fuego y lo van siguiendo hasta que lo apagan.

Estando en el parque reciben el aviso, una vez el vigía ha visto la columna de humo y el jefe de guardia, el Delta cero, activa los medios. "Recibimos el aviso desde el control central y nos dirigimos al lugar donde está el incendio. Lo que hacemos desde el campo es atacar el fuego directamente con línea de agua".

"Todos vamos coordinados con los medios aéreos, pero el bombero en tierra es el que realmente acaba apagando el fuego". Albert no resta mérito a sus compañeros, pero remarca que el bombero raso es quien extingue el fuego realmente. "Desde los medios aéreos lo que se hace es retardar el fuego y nosotros acabamos matándolo, cortándolo, rematándolo".

Bombers Bellaterra, Laura Gómez

La naturalidad del fuego

"Que un fuego arda es algo natural. Ha ocurrido siempre", explica Albert Santamaria. Este es el orden de prioridades de los bomberos: las personas, los bienes y, por último, apagar el incendio. El fuego es un elemento natural, necesario para el entorno por mucho que parezca un contrasentido. Los fuegos naturales ayudan a arreglar los bosques y a regenerarlos, pero los últimos años el principal problema, al margen del abandono, son las urbanizaciones.

"El problema que nos encontramos en el fuego forestal son la cantidad de urbanizaciones y casas que hay en el bosque. Al final tú vas haciendo, pero el problema real es la gente que hay dentro", explica.

El recuerdo de Horta de Sant Joan

Bombers Bellaterra, Laura Gómez

Albert es uno de los bomberos que reforzó las tareas de extinción en Horta de Sant Joan en que murieron cinco bomberos del GRAF Lleida.

El incendio de Horta de Sant Joan se inició el 20 de julio de 2009. El fuego afectó el norte del macizo de los Ports de Tortosa-Beseit. El 21 de julio de 2009, un cambio brusco en la dirección del viento atrapó a un grupo de bomberos del Grupo de Refuerzo de Actuaciones Forestales (GRAF) entre un risco y el barranco de los Cubars.

"No paramos"

"Se ve mucho el fuego forestal, es lo que sale en los medios, pero hacemos muchos otros trabajos", dice Albert. Los incendios en el bosque son, básicamente, en verano.

Pero los bomberos realizan otros servicios, como extinguir fuegos en viviendas, en accidentes de tráfico, rescates... "No paramos", dice Albert.