El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa ha asegurado que las tarjetas distribuidas a sus consejeros y directivos eran conocidas tanto dentro como fuera de la entidad, ya que era materialmente imposible ocultar su existencia durante 23 años. Hoy ha declarado como uno de los principales acusados en el juicio de las targetas black. "En 23 años, ¿hay alguien que pueda decir que se puede esconder esta práctica en una organización de miles de personas con un Banco de España detrás?", se ha preguntado Blesa, y ha añadido que "no existía ninguna intención de confundir" sobre ellas.

Asimismo, ha aseverado que las tarjetas "claro que se veían", y ha añadido que si la auditoría encargada a Bankia tenía dudas acerca de su naturaleza, "podía haber ido al plan contable de la caja", por lo que ha calificado las acusaciones que pesan sobre él de "muy graves". Y es que, ha explicado Blesa, los auditores "lo conocían todo perfectamente, cuál era el tratamiento fiscal, todos los conceptos, todo, pero luego lo omite en el informe que se envió al FROB y que sirvió de base para la acusación".

Contra Bankia

El expresidente de Caja Madrid Miguel Blesa se ha negado a reconocer el desglose de los gastos efectuados con las tarjetas 'black' restando así veracidad al documento aportado por Bankia, que constituye la principal prueba de cargo en el juicio que se celebra en la Audiencia Nacional contra 65 ex altos cargos y directivos de las ambas entidades. La suma de los cargos efectuados en las tarjetas asciende a 12,5 millones de euros.

Preguntado sobre la hoja Excel entregada por Bankia como informe pericial - validada como prueba por el tribunal tras ser impugnada por las defensas- Blesa ha dicho que se trata de una "recreación llena de inexactitudes" que ha elaborado la entidad nacionalizada con datos que desconoce de dónde han salido. "Si uno compara el extracto que suele facilitar una entidad en relación con los movimientos de tarjetas con el listado, no coincide", ha precisado ante los magistrados de la Sección Cuarta de lo Penal de la Audiencia Nacional y el resto de partes.

Los documentos de Excel aportados por Bankia revelaron unos gastos de más de 436.000 euros por parte del expresidente de Caja Madrid. Blesa ha asegurado que contienen "numerosas inexactitudes, ya que uno no tiene el don de la ubicuidad para estar en varios sitios a la vez". Sobre ello, ha asegurado que no se trata de un "documento mercantil ni de un movimiento de cuenta o una suma de extractos bancarios", por lo que no reconoce los gastos porque no puede "contrastarlos con ningún otro documento".

Además, ha cargado contra Bankia por haber obviado en la información remitida a la causa el nombre correcto de la cuenta en la que se cargaban los gastos de las tarjetas y que identificaban estas cuantías con los acuerdos alcanzados por el consejo de administración de Caja Madrid en mayo de 1988. De hecho, el expresidente de la entidad ha puntualizado que la de las tarjetas "era una práctica ejercitada por el anterior presidente (Jaime Terceiro) a partir de 1988, y cuando yo me incorporé en 1994 no la modifiqué".

Blesa, que durante poco más de dos horas se ha sometido únicamente a las preguntas del Ministerio Fiscal, del tribunal y de su defensa, ha argumentado que era imposible saber a qué correspondía cada asignación, y en qué concepto se hizo. No obstante, en su opinión, resulta un argumento "pedestre" pretender que los gastos de representación sean por una cuantía fija, ya que no se trata de gastos de ese tipo, para lo cual los presidentes tenían una tarjeta específica.

Tras el interrogatorio a Blesa, la sala ha aplazado al próximo martes 4 de octubre la siguiente declaración prevista, la de Rodrigo Rato.

La fecha de creación

 

A preguntas hechas por su abogado, Carlos Aguilar, Blesa ha dicho que no iba a reconocer dicho contenido porque no era contrastable y ha cargado contra Bankia, a la que acusa de haber entregado información relacionada con la cuenta de las tarjetas opacas a la Audiencia Nacional omitiendo la fecha en la que se aprueba esta práctica, mayo de 1988, y que a su juicio consta en los documentos entregados.

"Eso no es un asunto menor", ha dicho Blesa en tanto la fecha de aprobación del uso de las tarjetas es aquella en la que tiene su origen esta retribución. Al ser preguntado por la intención que pudo tener Bankia al omitir este dato, ha respondido que lo desconoce aunque le da la impresión de que es "cualquier cosa menos inocente".

Blesa ha agregado que los auditores conocían perfectamente la fecha del documento y ha asegurado que "no se puede decir que no se sabía que existían las tarjetas". ¿Hay alguien que sea capaz de decir que se puede ocultar la existencia de las tarjetas? Por favor...", ha respondido el exdirectivo al tiempo que ha ironizado con que los auditores aleguen el desconocimiento de los plásticos haciendo hincapié en que estuvieron vigentes 23 años.

Finalmente el expresidente de Caja Madrid ha recalcado que en el momento en el que uno de los beneficiarios abandonaba la caja, la tarjeta opaca quedaba anulada, como dice que fue su caso. "La entregué y no utilicé ni un duro más", ha sentenciado.