El serial de las terrazas de Barcelona parece que llega a su fin. El pleno de este viernes ha aprobado la modificación de la normativa existente para convertirla en más "flexible", "accesible" y justa. El pacto al cual han llegado ayuntamiento y restauradores ha sido fruto de la presión del gremio, en lucha y envuelto con contenciosos judiciales desde hace tres años.

"La relación ha sido difícil y la construcción del pacto no ha sido más fácil", ha destacado al director del Gremio de Restauradores, Roger Pallarols, para quien el acuerdo "tiene que permitir que el sentido común se imponga y que las terrazas arraigadas, y muchas veces las más débiles, no se vean amenazadas". En el mismo sentido se ha pronunciado el presidente de la misma entidad, Pere Chías, que ha hablado de "consenso absoluto", útil para "salvar muchos puestos de trabajo y muchas terrazas amenazadas de desaparecer".

De las 4.600 terrazas que hay en Barcelona, más de la mitad —unas 2.240 según datos del Gremio—, se han visto afectadas por la normativa, una ordenanza que en establecimientos como la Bodega Sepúlveda hacía "que pasara de tres mesas en la terraza a no tener ninguna", ha explicado Pallarols.

El nuevo texto "elimina la rigidez" de una normativa que incluía tener que construir un número determinado de baños y pilas en función del aforo, poder colocar mesas solo delante de la fachada del local y determinar en función de la anchura de las aceras el número de mesas y sillas.

Qué dice la modificación?

La normativa señala que se debe garantizar la accesibilidad y la seguridad y abre la puerta a estudiar caso por caso. Así pues, no siempre será obligatorio que las terrazas queden justo delante del local, se podrá aumentar la longitud y se podrán colocar tablas raíz de fachada si el espacio lo permite. Excepciones que, para obtener el visto bueno haurna estar justificadas. El texto también contempla que las distancias con los elementos urbanos serán orientativas. En cuanto al mobiliario y los servicios, se permitirán estufas pero se promoverá reducir las estufas de combustión con el objetivo de prohibirlas en 2025 y no se admitirán terrazas con autoservicio. Respecto a los horarios, se mantienen los actuales: de domingo a jueves, de 8 h a 24 h, y viernes y vísperas de festivos, de 8 h a 1 h.