Los bares de micropueblos han empezado a hacer sentir su voz contra el cierre forzado por la Covid-19 y defienden su labor social más allá del negocio como tal. Sebastià Mata, responsable del Bar Centro de Maldà (Urgell), dice que las instituciones tendrían que tenerlos en consideración, ya que las medidas planteadas en clave "urbanocéntrica" les están perjudicando. En el pueblo casi no hay Covid y los vecinos se han quedado huérfanos de un espacio de socialización que en algunos casos es lo único que tienen porque viven solamente. Con el Rocallaura Cafè, han impulsado un manifiesto a través de las redes sociales que ya ha empezado a recibir adhesiones de otros bares de pueblos pequeños. También temen que este cierre temporal se pueda volver definitivo por las pérdidas.

El Bar Centro es el único bar que hay en Maldà y sus responsables aseguran que aparte de servir bebidas y comidas también hacen una "función de centro social" entre los poco más de 200 habitantes que tiene el municipio. "La gente viene a socializarse, a hacer la partida y a compartir un rato con los compañeros", destaca Sebastià Mata, que lamenta que desde hace más de un mes, todo eso ha desaparecido. Además, alerta de que con la bajada de temperaturas, esta situación se puede ver agravada, ya que si en verano la gente puede hacer vida social en las calles o en las plazas, en invierno el frío lo impide. Según Mata, en las zonas rurales como esta hay mucha gente que vive sola, y no poder ir al bar, supone un riesgo de aislamiento.

rocallaura vallbona monjas bar micropueblo acn

Mariela Ventancor, del Rocallaura Cafè, mostrando productos de proximidad que vende al establecimiento / ACN

Una situación similar es la que se vive en el Rocallaura Cafè, también el único bar de este núcleo agregado de Vallbona de les Monges. El establecimiento es gestionado a través de un sistema cooperativo y una de las responsables, la Mariela Ventancor asegura que cuando están abiertos, a las siete de la mañana ya empiezan a "acoger" a los primeros vecinos. De hecho, este café se encuentra ubicado en lo que hasta hace unos años era el Local Social del pueblo, en los bajos del Ayuntamiento, que con la reconversión ha pasado de abrir solo unas horas a estar a disposición de los vecinos y forasteros durante todo el día. "A veces cogemos una guitarra y nos ponemos a cantar juntos con los vecinos", destaca la Mariela, que también remarca la necesidad de estar abiertos para mantener el contacto y la vida social en un núcleo donde solo hay una sesentena de personas y sin prácticamente ningún caso de Covid.

Políticas "urbanocéntricas"

A raíz de la situación que están sufriendo, el Bar Centro y el Rocallaura Cafè han empezado a hacer correr por las redes sociales un manifiesto donde defienden su función más allá de la restauración y critican las políticas "urbanocéntricas" a la hora de combatir la pandemia, ya que la realidad de los pequeños municipios es muy diferente de la de las grandes ciudades. "Somos diferentes de los bares de las ciudades", observación la Mariela, porque a la gente le cuesta mucho de llegar hasta donde estamos y el poco turismo que recibe esta zona del Valle del Corb, es de carácter "sostenible", asegura.

En el mismo sentido, Sebastià Mata, pide al Gobierno que cuando se adopten medidas como la del cierre de los bares de todo el país, se tenga en cuenta el índice de contagio y el peso demográfico de cada zona. Así, remarca que no entiende que se los cargue a ellos de responsabilidad cuando hay otros sitios donde puede haber más contagios como los transportes públicos. "Nos están empobreciendo", afirma, y eso dice que puede provocar que algunos bares de pueblo no puedan volver a abrir.

Ahora, tanto en el Bar Centro como en el Rocallaura Cafè subsisten, en parte, gracias a la solidaridad de los vecinos, que a pesar de tener la despensa llena, apuestan por encargarles menús. Los impulsores de este manifiesto que ya ha recibido múltiples adhesiones de bares de pueblos pequeños de todo el país, no descartan hacerlo llegar formalmente a las instituciones para hacer oír su voz y que se les tenga en cuenta cuando se planteen nuevas restricciones.

 

Imagen principal: Sebastià Mata, del Bar Centro de Maldà, vendiendo un café por llevarse, a causa del cierre por las restricciones contra la Covid-19 / ACN