En Catalunya, especialmente en las grandes ciudades, hace años que se convive con un aumento de los alquileres y del precio de las viviendas meteórico que hace que para muchas personas sea imposible independizarse. Esta no es una situación única en el país y, de hecho, se extiende por todo el Estado, en menor o mayor proporción dependiendo del territorio. Uno de los lugares más afectados en este sentido son las Illes Balears, la autonomía donde más ha subido el precio del alquiler de toda España, según los datos del INE, que revelan que se ha incrementado en hasta un 13,3%. Este aumento desmesurado se entiende en buena parte por un aumento de la población con alto poder adquisitivo, que han encontrado en las Illes un oasis donde escaparse y que han hecho encarecer los precios del alquiler y la compra. Esta situación se ha ido volviendo insostenible, hasta el punto que el Govern de las Islas Baleares se ha planteado optar por una medida drástica para intentar eliminar esta problemática: limitar la venta de casas a los no residentes o a las personas que llevan menos de cinco años en el archipiélago. El encargado de poner de manera oficial esta posibilidad encima de la mesa fue el conseller balear de Ocupación y Modelo Económico, Iago Negueruela en un debate en el Parlament, reconociendo que es necesario llevar a término un debate muy profundo sobre una problemática que afecta en toda la población de las Islas. Aunque esta idea cuenta con el apoyo de algunos grupos políticos, ya ha chocado con la negativa de las inmobiliarias, que creen que solo el hecho de plantearlo ya es temerario.

Incremento del 60% del precio del alquiler en sólo 7 años

Desde el Consell Insular de Menorca ven esta posibilidad con buenos ojos. Las dos administraciones están encabezadas por el PSIB-PSOE, que gobierno con otras fuerzas políticas de izquierdas. En esta isla, solo para poner un ejemplo, el alquiler se ha incrementado en un 7% en sólo un año y, desde el 2015, el incremento ha sido de un 50% a Ciutadella y del 60% en Mahón, las dos grandes ciudades menorquinas, según datos del Diario Menorca. La consellera de Habitatge del Consell Insular de Menorca, Cristina Gómez, recuerda que aunque la última propuesta ha sido expuesta por parte de los socialistas, Unides Podem hace años que reclama una medida como esta para evitar que acceder a la vivienda se vuelva cada vez más complicado por los residentes, aunque en Menorca, el Partido Socialista votó en contra. Ahora, Goméz celebra su cambio de posición en el Parlament balear, aunque reconoce que una medida como esta se pueda aprobar en los meses que quedan de legislatura. 

Gómez también detalla que desde su partido han pedido a un informe al Observatori pels Drets Humans i Socials (DESC), para intentar encontrar las brechas judiciales y aplicar esta medida: Queremos que solo pueda comprar casas las personas y familias que tengan intenciones de residir y excluir la venta para inversiones, evitando el alquiler turístico que muchas veces es ilegal y quita casas de uso residencial". 

Interinos expulsados de las viviendas por el alquiler turístico

Además de este mínimo de residencia, desde Unides Podem también reclamaban poder limitar el precio del alquiler por ley. Esta medida afectaría a miles de personas por todas las islas, ya que cada vez son más los jóvenes que se mueven por el archipiélago o que llegan desde la península para ir a vivir y que no tienen ni la voluntad ni la necesidad de comprarse una casa, pero no pueden hacer frente al elevado precio de los alquileres que se ha disparado en los últimos años. Eso afecta especialmente a funcionarios como maestros o profesores interinos y en su caso la situación es especialmente insostenible en Eivissa, cuando se encuentran con que los echan a principios de junio de los pisos que han alquilado para dedicarlos al alquiler turístico.

Todo esto complica también que los baleares puedan dar un paso adelante para independizarse y abandonar la casa de sus padres. Son muchos los que, una vez acabado el instituto, se marchan fuera de las islas a estudiar fuera, pero acabada la carrera y ante la falta de perspectivas laborales, terminan volviendo a su casa y viven con sus padres durante meses o incluso años mientras no encuentran un trabajo que les garantice poder alquilar un piso o comprarse una casa, algo que cada vez es más complicado por|para este aumento desmesurado. Muchos también tienen que sobrevivir durante todo el año a partir de lo que ganan durante el verano, cuando hacen trabajos de temporada como camareros, dependientes en tiendas de souvenirs o de personal de limpieza.

La ayuda de los padres, prácticamente imprescindible

Laura, una joven de Ferreries, pueblo del centro de Menorca, nos explica su experiencia a la hora de marcharse de casa de los padres y de las trabas que tuvo que superar. El suyo es solo un caso, pero en él se puede ver reflejada la realidad de muchas personas que tienen que superar un Vía Crucis hasta que no tienen las llaves de su piso. Cuando consideró que era el momento de ir a vivir con su pareja, se dieron cuenta de que no tenían bastantes ahorros ni para comprar ni para alquilar un piso, pero sus suegros les permitieron ir a vivir a una casa que tenían para vender sin éxito. Pocos meses después de instalarse, tuvieron que abandonarla porque encontraron compradores. La nueva realidad era más complicada, ya que en este piso solo tenían que pagar gastos, algo que sí que podían asumir, a diferencia de un alquiler. Era el verano del 2021, el de la recuperación poscovid, y aunque siguieron buscando, se encontraron con que los pocos pisos que estaban disponibles se dedicaron a alquiler turístico y no encontraron nada que se adaptara a su situación. "Cuando parecía que habíamos encontrado algo, al final no fue posible y yo estaba desesperada", reconoce, pero casi dos años después de buscar, pudieron conseguir un piso de alquiler con opción a compra, que "les ha salvado la vida" en este sentido, ya que era la mejor opción para la pareja: "Somos unos afortunados, tenemos mucha suerte", resume Laura.

Esta situación no solo se da a Menorca, sino que se repite por todas las Illes: los problemas para acceder a alquiler son uno de los temas más recurrentes entre los jóvenes de 20 y 30 años, que comparten sus angustias con sus amigos, ya que la situación es común. Según Laura, la mayoría de personas de esta edad que han conseguido hacerse con una casa, lo han hecho con ayuda de los padres. Si no, con el mercado actual, es prácticamente imposible.

La oposición de las inmobiliarias: "Propuesta temeraria"

La solución que ha propuesto, aunque todavía se tiene que debatir, el gobierno balear asusta a las inmobiliarias. En declaraciones en ElNacional.cat, el director comercial de la agencia Bonnin Sansó, José Pons, asegura que este límite en venta de viviendas a no residentes es totalmente temeraria y no serviría para resolver la cuestión de vivienda que reconoce que sufre Menorca, sino que podría tener un efecto rebote. "Limitar la venta de casas sería como poner puertas en el campo, no tiene ningún tipo de lógica ni de sentido", asegura, aparte de destacar que no sabe si realmente esta propuesta que "ahogaría las islas" podría ser legal. En este sentido, cree que supondría un problema muy grave para la economía, ya que limitar la venta únicamente es la punta del iceberg de un mercado que incluye a muchas personas trabajadoras que podrían perder el trabajo: "No solamente es comprar, sino también hacer reformas, mantenimiento de piscinas y jardines, compra de mobiliario, que beneficia en las empresas de aquí. Es algo que frenaría la rueda económica y supondría tirarnos un tiro en el pie", resume.

Pons es contundente y destaca que aunque existe un problema de vivienda en las islas, este no está relacionado con la compra de inmuebles por parte de extranjeros, ya que destaca que estos adquieren casas diferente en las que quieren los locales, como casas de campo abandonadas y que se tienen que reformar, algo que un balear ni se planearía. "Espero que esta propuesta no avance, sería catastrófico: no se conseguiría que los baleares puedan acceder a la vivienda, sino que la gente pierda el trabajo". 

La solución no implica limitar la compra

Pons sí que reconoce que existe un mercado tensado, especialmente con respecto al alquiler, ya que el parque de viviendas es muy limitado y cada vez llegan más personas de todo el Estado a trabajar. Con todo, la solución a este problema no pasa en ningún caso por limitar la venta de casas, sino que considera que se tiene que avanzar por otra línea, en referencia a otras propuestas que ya ha planteado el Parlament de las Baleares, como los avales en primeras viviendas para los residentes, que se empezarán a aplicar a principios de 2023.