Un avión de pasajeros procedente de Barcelona estuvo a punto de chocar con un dron cuando iniciaba la aproximación al aeropuerto Charles de Gaulle de París el pasado 19 de febrero. El piloto de la aeronave, un Airbus A320 de la compañía Air France, avistó el aparato a sólo cinco metros bajo el ala. En ese momento, se encontraban a una altitud de 5.500 pies de altitud (1676,4 metros) por lo tuvieron que desconectar el piloto automático, según explica el informe inicial elaborado por la Agencia de Investigación y Análisis de Francia (BEA).

Este organismo, encargado de la investigación de accidentes aéreos en Francia, ha catalogado el incidente como "grave" ya que que los pilotos tuvo que esquivar el dron, informar el control del tráfico aéreo de este aparato y reanudar la maniobra de aproximación. El avión afectado, que en el momento del fortuito iba a una velocidad de descenso de 305 metros por minuto, tiene una capacidad máxima de 220 personas, personal de tripulación incluido, y es uno de los modelos más utilizados por las principales operadoras aeronáuticas.

No es la primera vez

El incidente del vuelo Barcelona-París no es el primer sobresalto de la aeronáutica con los drones durante las maniobras de aproximación. El 9 de mayo de 2014, un avión de American Airlines estuvo a punto de chocar con uno de estos aparatos en el estado de Florida (EE.UU.) mientras se acercaba para aterrizar al aeropuerto regional de Tallahassee cuando se encontraba en uno altitud de sólo 701 metros. Otro caso parecido tuvo lugar a las aproximaciones del aeropuerto Chopin de Varsovia el 21 julio de 2015, cuando un dron interfirió en la trayectoria de un avión de la aerolínea alemana Lufthansa.