Una asociación de guardias civiles denominada Asociación Pro Guardia Civil (APROGC) ha enviado una carta a Unicef donde le pide que se pronuncie sobre la situación "de acoso y humillación" que sufren los hijos de los agentes policiales en Catalunya y "no sólo" en el caso de Sant Andreu de la Barca "sino en todo el proceso radical de independentismo". Denuncian "escarnios en las casas, pintadas y ser señalados en las aulas por personas que tienen la obligación de la formación humana e intelectual" y, al fin y al cabo, dicen, por el solo hecho "de ser hijos de guardias civiles".

En la carta, que se ha enviado al comité español y catalán de Unicef -y que, de momento, todavía no han recibido-, se compara el día a día de los hijos de los guardias civiles con la Alemania nazi y la guerra de los Balcanes y se denuncia la pasividad de los organismos y las instituciones públicas que trabajan con niños.

El contenido del texto se ha trasladado también a las redes sociales, donde se ha iniciado una campaña dirigida a Unicef y a los embajadores de esta ONG que se dedica a luchar para que miles de niños tengan acceso a alimentos, agua potable y medicamentos.

 
La carta que se ha enviado a Unicef califica de "lamentable y ruin" la actitud de varias entidades que se han colocado "al lado de los asediadores", olvidándose de los derechos de los niños.

La Asociación Española de Guardias Civiles se desmarca de la carta

La Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), de la que es representante en Catalunya Bartolomé Barba, uno de los padres de los alumnos que presuntamente habrían sido humillados por los profesores de Sant Andreu de la Barca, se ha desmarcado de este comunicado. El secretario nacional de prensa de la AEGC, José Cobo, ha explicado a El Nacional que no tienen nada que ver. El texto los ha dejado estupefactos.

Justamente ayer por la tarde tuvo lugar una reunión entre los secretarios de Estado de Seguridad y Educación, José Antonio Nieto y Marcial Marín, respectivamente, y los guardias civiles padres de los alumnos afectados. El encuentro, que se hizo en la sede de la Delegación del gobierno central en Catalunya, duró unas dos horas y no trascendió el contenido, en principio, según apuntan algunas fuentes para rebajar la tensión generada los últimos días.