El principal sospechoso de la desaparición de Diana Quer, José Enrique Abuín Gey, conocido como "El Chicle", pasará a primera hora de la mañana de este lunes a disposición judicial tras haber confesado el crimen ante la Guardia Civil, lo que ayer permitió recuperar el cuerpo de la joven madrileña. Los agentes encontraron en la madrugada del domingo el que previsiblemente es el cadáver de la joven madrileña en el interior de un pozo en una nave industrial de Asados, en Rianxo (A Coruña), tras la confesión del presunto homicida.

Incógnitas

"El Chicle" confesó durante su declaración a la Guardia Civil haber matado a Diana Quer y reveló además del paradero del cadáver, que actuó solo. En un primer momento aseguró que la había atropellado, según informaron a Efe fuentes de la investigación. Posteriormente, según han publicado varios medios, Abuín se habría retractado de esta primera declaración y habría confesado que intentó violar a la joven y que la estranguló cuando se resistió. No obstante, ante las serias dudas sobre los detalles que está dando en sucesivos testimonios, los investigadores continúan las pesquisas y no descartan ninguna hipótesis sobre cómo perpetró el crimen. 

Otro intento de secuestro

La detención de Abuín, conocido por el alias "el Chicle", fue posible gracias a las investigaciones de la Guardia Civil a raíz de un intento de secuestro de una persona el pasado 25 de diciembre en Boiro (A Coruña). Entonces una mujer denunció haber sido víctima de un intento de secuestro y agresión sexual por parte de un hombre, que gracias a su descripción, condujo a los agentes hasta Abuín, que se encontraba en la lista de sospechosos por la desaparición de Quer y que fue arrestado el pasado 29 de diciembre en Boiro junto a su mujer, Rosario Rodríguez.

El papel de la esposa

En la resolución del caso ha sido determinante el testimonio de la mujer del presunto asesino, que relató a los agentes que su marido no estuvo con ella la noche de la desaparición de la joven madrileña, en contra de lo que había dicho hace meses y que sirvió de coartada al autor confeso del crimen.