La monja catalana Isabel Solá Matas, de 51 años, ha sido asesinada en Puerto Príncipe (Haití), cuando circulaba con su coche. Dos hombres que iban en una motocicleta le han disparado dos tiros en el pecho. La mujer haitiana que acompañaba a la monja catalana también ha muerto en el asalto. Posiblemente el motivo del ataque era el robo, porque se han llevado el bolso de la monja y algunas de sus pertenencias.

Una religiosa comprometida con los más pobres

Isabel Solá era natural de Barcelona y pertenecía desde los 19 años a la Congregación de Jesús-Maria, una orden francesa que tiene una fuerte presencia en Catalunya. Isabel Solá hacía muchos años que vivía en el extranjero, dedicándose a la cooperación al desarrollo. Estuvo viviendo durante 14 años en Guinea Ecuatorial y en 2009 se estableció en Haití. Ya en Haití, sobrevivió al grave terremoto de 2010, que destruyó su escuela y su convento. Ayudó a tomar medidas para combatir las trágicas consecuencias de esta catástrofe: apoyó la construcción de viviendas para los que se habían quedado sin techo y construyó un taller para construir prótesis de pierna para los amputados por el terremoto.

Su muerte se enmarca en un deterioro generalizado de la seguridad en el país caribeño. A pesar de la llegada masiva de cooperación internacional después del terremoto, el país sigui inmerso en una situación de pobreza extrema.