El juicio por el intento de asesinato de una familia con cuatro menores en el Maresme se está celebrando siete años después de los hechos. La fiscalía pide una pena de ocho años de prisión para los cuatro acusados, miembros de la misma familia. El incidente se produjo en 2011 cuando los presuntos autores dispararon a quemarropa a los seis ocupantes de un vehículo en el municipio de Cabrera de Mar, hiriendo a uno de ellos en la zona abdominal.

Pasaban treinta minutos de la medianoche del 24 de setiembre cuando la familia Moreno divisó el Chrysler Voyager en el que circulaban las víctimas. El coche que conducía el mayor de los cuatro acusados avanzó por el Camí del Mig, en la localidad de Cabrera de Mar, hasta situarse en paralelo al otro vehículo. Una vez a la misma altura, el hombre bajó las ventanillas, sacó una pistola y disparó una serie de disparos "con el propósito de acabar con la vida de los ocupantes", según el escrito de calificación del fiscal. 

El mayor de los acusados cedió el arma a su hijo, que también disparó varios tiros contra el vehículo en el que iban cuatro menores y sus padres. Uno de los disparos alcanzó a la madre en la zona abdominal, perforándole el intestino delgado. La rápida actuación de los servicios sanitarios permitió salvarle la vida a la mujer, que requirió de cirugía para poder reparar los daños producidos. La madre de los menores aún arrastra una cicatriz quirúrgica de 21 centímetros cerca del abdomen, entre otras secuelas.

Mientras padre e hijo utilizaban la pistola, los otros dos acusados -un hombre y una mujer- "jaleaban y alentaban" a los autores del intento de homicidio con mensajes como "matadlos, matadlos".

El fiscal pide ocho años de cárcel para los cuatro acusados, sin hacer distinción -en lo que a pena se refiere- entre los "autores materiales" y los "inductores" del crimen. También pide la prohibición de aproximarse a la víctima, a su domicilio o su lugar de trabajo a una distancia menor de un kilómetro. En cuanto a las reclamaciones, la fiscalía considera que se debe indemnizar a la madre de los menores con 2.000 euros por las lesiones sufridas y con 4.200 euros por las secuelas.