La extenista Arantxa Sánchez Vicario se ha librado de entrar en prisión. La fiscal ha rebajado de 4 a 2 años de prisión la petición de la condena para la extenista por haber escondido su patrimonio por no devolver 6,6 millones al Banco de Luxemburgo, que le prestó para abonar una deuda con Hacienda, según ha comunicado este viernes en el juicio en el juzgado Penal 25 de Barcelona. La fiscal ha justificado la rebaja al aplicarle las atenuantes de confesión y de reparación del daño, ya que ha devuelto unos 2 millones al banco y ha acordado con la entidad su total retorno. Además, la fiscal y la acusación del banco han aceptado que si al final es condenada, la deportista no entre en un centro penitenciario, puesto que 2 años es la pena límite para entrar y tampoco es reincidente, como exige la ley.

Por el contrario, la fiscal ha mantenido la petición de 4 años de prisión para el exmarido de Arantxa, Josep Santacana. Su abogado, Juan Segarra, ha pedido su absolución, y si no que se le aplique la atenuante de dilaciones indebidas.

En el juicio, la fiscal también ha retirado la acusación contra un trabajador de una asesoría, y ha rebajado a 1 año y 3 meses de prisión la petición de castigo para su jefe, Antonio Hermosilla por haber ayudado a Santacana a despatrimonialitzar las sociedades españolas que tenía la tenista. El acusado lo ha reconocido y ha asegurado que el 2013, cuando fue consciente de lo que hacía "y sin saber donde iba el dinero", dejó la gestión de las sociedades. El juicio se retomará el 19 de octubre para que acusaciones y defensas hagan sus informes.

El exmarido culpa al padre de Arantxa

Al inicio de la sesión, Josep Santacana ha declarado como investigado y ha asegurado que Arantxa Sánchez Vicario “ya no tenía dinero” cuando el Banco de Luxemburgo le pidió el retorno de los 5,2 millones, y que “el banco lo quería todo a la vez”. También ha indicado que fue el gestor del padre de Arantxa, Buenaventura Castellanos, quien le recomendó vender propiedades para tener liquidez. “Arantxa quería pagar la deuda desde el primer momento”, ha afirmado Santacana.

 

La extenista, en la declaración del martes en el juicio, culpó a su exmarido de sacarle todo su patrimonio, después que el noviembre de 2009 la gestión de su patrimonio por parte del padre, Emilio Sánchez, pasó a manos de Arantxa, que aseguró que dio poderes a su marido para toda la gestión.

Según las acusaciones, Santacana administraba cinco sociedades propiedad de la extenista. El matrimonio decidió traspasar a sociedades extranjeras la gestión de una veintena de viviendas, plazas de aparcamiento, terrenos y locales situados a varios puntos de Catalunya como Bellver de Cerdanya, Sant Feliu de Guíxols, Sant Just Desvern, Esplugues de Llobregat, Sitges, Sant Cugat del Vallès, Barcelona o Premià de Mar, y también Formentera. Las propiedades pasaron a una sociedad uruguaya porque —según Santacana— así los recomendó el abogado de la familia. Se desconoce el paradero de las sociedades que tienen estas propiedades.

Más de 60.000 euros en el mes

Preguntado por su abogado, Josep Santacana ha negado que escondiera el patrimonio de su mujer y tampoco que se haya quedado el dinero. “Tenía un gasto de unos 60.000 euros al mes, para pagar hipotecas, coches, ibis, el palco en el Liceu a los padres y necesitaba liquidez”, ha detallado Santacana, y que por eso la ayudó a vender propiedades. Ha añadido que el 2016 ya no vivían juntos y nada sabía de las gestiones.