La desaparecida aerolínea alemana Air Berlin, polémica por sus ataques contra la lengua catalana y que dejó de operar a finales de octubre ahogada por las deudas, ha anunciado que subastará su inventario en las próximas semanas.

Entre los objetos que saldrán a subasta hay asientos de primera clase, carritos de bebidas, vajillas de la compañía, mantas, juguetes e incluso chocolatinas.

Air Berlin, que llegó a ser la segunda compañía alemana por detrás de Lufthansa, utilizará el dinero recaudado en la subasta para indemnizar a sus acreedores después de la quiebra total de la empresa, anunciada en el mes de agosto a pesar de un crédito del Gobierno alemán de 150 millones de euros que no sirvieron para impedir el cierre de la empresa.

Polémica con el catalán

En el año 2008 Air Berlin hizo unas declaraciones polémicas contra la lengua catalana por medio de un editorial firmado por el director general de la compañía, Joachim Hunold, en que aseguraba que "La partición de España en nacionalismos regionales es de hecho un retorno a los miniestados medievales. Hasta ahora me pensaba que vivíamos en una Europa sin fronteras".

En el escrito, Hunold vaticinaba la desaparición de "la lengua de un imperio mundial" en referencia al español, al tiempo que ironizaba sobre la pronunciación de palabras catalanas como platja y consideraba que en las escuelas baleares "el español es una lengua extranjera más, como el inglés o el alemán". 

El artículo era la respuesta del presidente de la compañía a la carta que la directora general de Política Lingüística Balear envió pidiendo que la aerolínea alemana utilizara el catalán en las comunicaciones con sus clientes. "¿Les tengo que impartir clases de catalán por decreto a mis trabajadores?", decía el editorial de Hunold, "¿Es que ya no hablan en castellano?", añadía. Un texto que no gustó nada y se tradujo en un boicot a la compañía y en una campaña de envío masivo de cartas en señal de queja. A pesar de la presión, Air Berlin no hizo ningún gesto en favor de la lengua catalana.