Los Mossos apuntan ahora a un crimen pasional como móvil del crimen del agente de la Guardia Urbana, que habría muerto estrangulado —según indicarían algunas fracturas a las cervicales— y, más tarde, habría sido carbonizado. Así se desprende del sumario del caso que recoge La Vanguardia i El Periódico, que ya no está bajo secreto de sumario, y que añade que lo habrían asesinado para poder continuar su relación sin ningún obstáculo.

De hecho, los detenidos pasaron juntos las cinco noches posteriores a la desaparición de la víctima. Además, la investigación ha encontrado mensajes del agente con amigas suyas en los que daba por acabada la relación con la víctima.

Todavía no está claro, sin embargo, quién de los dos habría perpetrado el crimen.