Adhara Pérez tiene ocho años, vive en Tláhuac, una pequeña población mexicana, y ha sido incluida en la lista de las 100 mujeres más influyentes de México. El motivo, su extraordinaria inteligencia. La pequeña Adhara tiene un coeficiente intelectual de 162, superior al de sus venerados Albert Einstein y Stephen Hawking, y es una de las personas más listas del planeta.
La pequeña Adhara Pérez es una niña prodigio orgullosamente mexicana que nos dejó impresionados a todos en @cddelasideas. A sus 8 años ya estudia una carrera en Ingeniería Industrial y su más grande sueño es ser científica y convertirse en una astronauta para trabajar en la NASA. pic.twitter.com/zrjHm1rIjn
— Ricardo Salinas Pliego (@RicardoBSalinas) November 11, 2019
Adhara, que sueña con ser astronauta, está estudiando actualmente dos ingenierías y ha hecho cursos de ondas gravitacionales y de astronomía observacional. A los cinco años acabó la primaria y a los seis años y medio la secundaria, y quiere estudiar Astrofísica en la Universidad de Arizona.
El camino para llegar hasta aquí, sin embargo, no ha sido fácil. Cuando tenía tres años, a la pequeña Adhara le diagnosticaron el síndrome de Asperger, lo que le provocaba dificultades para socializar y comunicarse. No encajaba en el sistema escolar. A causa de su inteligencia superior se aburría extremadamente en clase hasta el punto de dormirse y los maestros no sabían qué hacer con ella. Paralelamente era víctima de acoso escolar.
Terapia
Adhara pasó por seis escuelas hasta que su madre, que es psicóloga, la llevó a terapia y acabó en el Centro de Atención al Talento. A partir de ahí las cosas empezaron a cambiar y la pequeña se fue sacando cursos sin ninguna dificultad.
Ahora estudia Ingeniería Industrial de Sistemas e Ingeniería Industrial en Matemáticas. Ha recibido una invitación de la Universidad de Arizona para estudiar astrofísica. El problema es que la familia, muy modesta, tiene dificultades económicas para hacer frente a este nuevo reto. La universidad abona el viaje y la estancia, pero no se hace cargo de los gastos de los estudios. La familia confia en la ayuda de fundaciones.