Se ha acabado el viacrucis que han pasado, judicial y mediático, dos sargentos y un inspector de los Mossos d'Esquadra que fueron denunciados por un cabo y cinco agentes del Área Regional de Recursos Operativos (ARRO) de la región del Camp de Tarragona. Después de años de presión, de tener que cambiar de destino, de denuncias y de una petición, de la acusación particular, de más de 80 años de prisión por acoso laboral, la Sección Cuarta de la Audiencia de Tarragona, después del juicio de final de 2023 los ha absuelto y ha cerrado la causa, tal como ha podido saber ElNacional.cat, que ha tenido acceso al auto firmado por los tres magistrados del tribunal.

Desde el año 2008, cuando se creó, hasta el año 2012, cuando cambiaron de destino, los sargentos Anton García y Ramon Martí y el inspector Agustí Migó lideraban el ARRO de Tarragona. A raíz de varios momentos de tensión en el interior del Área, y concretamente con un equipo —una furgoneta—, la situación fue tensando hasta que se presentaron varias denuncias contra, primero, uno de los sargentos ahora absueltos. Después fueron denunciados, en varias ampliaciones, el sargento subjefe del ARRO y el inspector jefe.

A las denuncias se fueron sumando incidentes que el cabo y los cuatro agentes aseguraban que los mandos hacían de manera arbitraria con el fin de perjudicarlos, desde controles de uniformidad o el reparto de las horas extra. Lo que inicialmente empezó como un intercambio de informes negativos contra los agentes, por sus conductas que, a ojos de los mandos, no eran correctas, eran respuestas por los agentes con notas informativas y denuncias.

Más de 10 años pendientes de ser juzgados

Entre otros conflictos, se reestructuró, como era habitual, los equipos a inicio de año, un hecho que volvió a tensar el ambiente entre los mandos del ARRO de Tarragona, que cerraron filas con el sargento. El uso de un forro polar durante un servicio policial, la organización del servicio o las valoraciones (PGA) que se hacen de los agentes de manera anual, y que antiguamente servía para cobrar o no cobrar un plus de productividad anual, hicieron saltar el ambiente por los aires. Las denuncias del cabo y de los agentes contra los dos sargentos y el inspector derivaron también con peticiones de prisión y también la petición de orden de alejamiento. Fue el año 2012 cuando los tres denunciados decidieron salir del ARRO y buscar nuevos destinos en comisión de servicio a pesar de tener su plaza en esta unidad de orden público.

Las denuncias —con una campaña mediática, alimentada también por partidos de extrema derecha contra los mandos, mezclando el conflicto laboral con un supuesto conflicto ideológico— llegaron a juicio a final de 2023 y ahora se ha conocido la sentencia, que no se ha recurrido y que se espera que sea firme. Durante el juicio, donde se escucharon el testimonio de los agentes y también de los denunciados, la Fiscalía se sumó a la defensa, que ejerció la Generalitat de Catalunya (también avanzó las fianzas que los pidieron a los denunciantes), y tampoco pidió ninguna condena a los tres mandos.

A la sentencia de la Sección Cuarta de la Audiencia de Tarragona que sirve para absolver en García, Martí y Migó, al tribunal niega cualquier tipo de acoso laboral o de trato degradante contra los agentes por parte de los mandos y lo enmarca en un conflicto laboral. Durante la práctica de la prueba, durante el juicio, se llegó a hablar sobre la uniformidad, y si se tenía que llevar o no el polar según en qué servicios; la sentencia asegura que las órdenes eran para todos los agentes que formaban parte del ARRO y no eran personalizadas para los agentes que denunciaron.

Horas extra mal gestionadas, pero para todos los agentes

La sentencia también considera que no se ha probado que los mandos ordenaran tareas diferenciadas o de menor calidad a los agentes denunciantes, si bien sí que detallan que la organización del reparto de las horas extra no se hacía de manera correcta, pero que el tribunal cree que se trata de un problema estructural del ARRO de Tarragona y en ningún caso, así lo firman los tres magistrados sentenciadores, que fuera una discriminación contra los agentes y el cabo que denunciaron los mandos. Tampoco se ha podido acreditar que los sargentos denegaran permisos de días de asuntos propios a los agentes por el hecho de ser ellos —durante el juicio algún testigo aseguró que los mandos les había pedido que autorizaran permisos de algunos de los denunciantes para la celebración de una boda de ellos.

Una de las peticiones más altas de prisión, de este total de 80 años, era para el inspector, a quien acusaban de haber falsificado un documento, el acta de una reunión que tres de los agentes mantuvieron con él cuando Migó comunicó la valoración negativa. De esta reunión el inspector levantó acta, pero los denunciantes lo acusaron de haberla falseado. El tribunal también lo desestima, y apunta que lo que recoge el acta se adecua a lo que pasó y que las valoraciones personales del inspector, no se pueden considerar una falsificación documental. La sentencia es contundente, desmontando todas las denuncias que los agentes y el cabo hicieron contra los dos sargentos y el jefe del ARRO de aquellos años. En un auto de casi 60 páginas, el tribunal enmarca las situaciones de tensión, que se han probado, en un conflicto laboral, pero que no se pueden considerar dentro de los marcos de un delito de acoso laboral. La misma sentencia apunta que los denunciados solo tuvieron problemas con los cuatro agentes y el cabo que les denunciaron y que algunos testigos también pusieron el foco, recogen a los tres magistrados, en las actitudes de los denunciantes como "fuente" de las tensiones.

Absueltos de todas las acusaciones

Como conclusión, después de años de tensión y de haber sentado ante un tribunal, como acusados, a tres mandos de la policía de Catalunya, la Audiencia de Tarragona los ha absuelto, a ellos tres y también a la Generalitat de Catalunya, que ejerció la defensa de los mandos y que también estaba, acusada como responsable subsidiario por los supuestos hechos. No consta, según ha podido saber ElNacional.cat, que la acusación particular ni la Fiscalía hayan presentado ningún recurso contra la sentencia.

Si bien el inspector ya está jubilado, los dos sargentos siguen en activo. Tienen la plaza en el ARRO de Tarragona, pero no tienen intención de volver. Desde que salieron del área regional el año 2012 forman parte de la Unidad de Seguridad Ciudadana (USC) de la comisaría de Reus con puestos de mando y, hoy por hoy, no tienen intención de moverse. Uno de ellos incluso ha concursado para conseguir la plaza en la comisaría de Reus. Con la absolución se acaba un viacrucis judicial y mediático que les había condenado antes, incluso, del juicio. Durante estos años, y ahora, cuando se ha conocido la sentencia, han recibido apoyo por parte de sus compañeros y mandos locales.

Acciones legales contra los denunciantes

Los dos sargentos que siguen en activo han comunicado que han sido absueltos y se han reunido con sus mandos directos, a quién han hecho llegar una nota informativa explicando la situación y poniendo en consideración de los jefes regionales y del director general de la Policía —de quién depende el ahora Comisaria General d'Investigació Interna i Afers Disciplinaris—, si procede, que se abra una Información Reservada contra los cuatro agentes y el cabo por las denuncias que, ahora, se han demostrado, aseguran ellos, falsas, después de la sentencia. Tampoco, si la vía administrativa interna no funciona, descartan emprender acciones legales en el ámbito penal contra los agentes por este viacrucis que ha durado más de diez años.