Invasiones de espacio, acercamientos excesivos, miradas indeseadas, silbidos o comentarios. Estos son solo algunos ejemplos de acoso que han sufrido alguna vez un 57% de las usuarias habituales del transporte público del área de Barcelona en los últimos dos años. El porcentaje se multiplica entre las jóvenes: un 91% de las usuarias de 16 a 29 años han sido víctimas de acoso alguna vez.

Así lo revela un estudio coordinado por el Institut d'Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona (IERMB), enmarcado en un plan de medidas contra el acoso sexual en la red de transportes. Para su elaboración, se han entrevistado a 6.500 personas -5.500 mujeres y 1.000 hombres- de metro y autobús, entre setiembre de 2020 y enero de 2021.

Más gravedad 

Entre sus conclusiones principales, Maite Pérez, responsable de Movilidad del IERMB destaca que este tipo de violencia se percibe como "un problema social, frecuente y de gravedad".  Pérez advierte que "todas las tipologías de acoso se consideran graves", desde miradas lascivas hasta agresiones e intentos de agresión sexual. Con todo, la coordinadora del trabajo ha detallado que "las mujeres otorgan mayor gravedad que los hombres a estas situaciones". 

Agresiones sexuales 

Concretamente, la encuesta revela que un 43,2 % de las mujeres que viajan habitualmente en transporte público han sufrido al menos alguna vez invasiones de espacio o acercamientos excesivos, un 43,1 % miradas molestas, insistentes o lascivas y un 25,9 % ha sufrido silbidos o comentarios sobre su cuerpo o su forma de vestir. 

Además, 1 de cada 5  ha soportado comentarios sexuales e insinuaciones sexuales, un 16,7 % han tenido que huir de persecuciones y seguimientos, un 16 % han sufrido restregamientos o manoseos indeseados, un 8,6 % han sido fotografiadas con el móvil. Los hechos más violentos, las agresiones sexuales, son menos frecuentes y han afectado a menos de un 5 % de las usuarias.

Cuando viajan solas 


La mayoría de situaciones de acoso (88,6%) se dan cuando las mujeres viajan a solas. El perfil de su agresor es un viajero que va solo y adulto, aunque también se dan casos de jóvenes solos o grupos de agresores. Además, la gran mayoría de estos casos se dan en el metro, y en menor medida en trenes de cercanía. En los buses, un espacio más pequeño y con el conductor más accesible, las mujeres se sienten más seguras. 

Oscuridad y baja frecuentación 


La mayor parte de los acosos tienen lugar en los momentos de mayor afluencia a los medios de transporte, principalmente en los horarios de 16 horas hasta las 24 horas, aunque, según los autores del estudio, se dan a cualquier hora del día.  De todos modos, el mayor miedo percibido por las usuarias es en los momentos de oscuridad y baja frecuentación. 

Para intentar encontrar una solución a estos preocupantes datos, las encuestadas piden más presencia de personal de vigilancia y paradas a demanda.