Las temperaturas no paran de subir y los vecinos de casi una treintena de municipios de las comarcas de Les Garrigues y de El Segrià siguen sin agua potable en su casa. Esta es una situación que ya hace prácticamente 15 días que se alarga y parece que la solución podría llegar dentro de una semana. Mientras tanto, miles de vecinos viven en una situación insostenible, en la que no pueden abrir el grifo para beber agua y tampoco lo pueden utilizar para cocinar, por el efecto de prácticas agrarias con aplicaciones de plaguicidas.

El caso de L'Albi

L'Albi es uno de los municipios donde ya hace 13 días que no tienen agua potable. Este es, para ellos, un problema recurrente: hace un mes ya tuvieron una situación similar, que entonces se alargó durante una semana, pero esta vez los tratamientos todavía no han conseguido limpiar la contaminación del agua. Cuatro meses atrás sufrieron también un vertido de hidrocarburos, cuyo origen no se determinó, y que dejó el agua tornasolada por los combustibles que flotaban. Hasta ahora, la respuesta de la Agència Catalana de l'Aigua (ACA) cuando no hay agua potable en un pueblo es subvencionar camiones cisterna. En esta época del año, sin embargo, es más difícil conseguir camiones para hacer el transporte: los dos o tres que se han encontrado tienen que servir para distribuir el agua entre los pueblos afectados. Los vecinos, sin embargo, tienen un tiempo limitado para recoger el agua: media hora cada semana. Si no estás, te quedas sin. Este miércoles, en L'Albi el camión llega las 4 de la tarde, en plena hora de sol, en la plaza de la Cooperativa. "¿Quién habrá a las 4 de la tarde allí a buscar agua? Los abuelos, por descontado, no pueden ir, no pueden ir cargados con garrafas arriba y abajo. Después hay gente que trabaja, gente que está fuera... Aquella media hora tienes que coincidir allí. La gente la acaba comprando", se lamenta la alcaldesa, Anna Feliu Moragues, que reclama de que esta agua se tendría que repartir embotellada.

Este pueblo tiene unos 760 habitantes, de los cuales un centenar superan los 80 años. El Ayuntamiento ha optado por facilitar garrafas de agua a los vecinos más vulnerables. Hoy les han llevado a casa dos garrafas de agua a cada uno. Si el problema continúa a principios de la próxima semana, les acercarán dos garrafas más, y otra vez a finales de la semana. "Estas garrafas, de momento, las tenemos que pagar el Ayuntamiento. Somos consistorios pequeños y con pocos recursos, pero no podemos dejar a las personas mayores que cada uno se espabile como pueda", admite.

 

Solución provisional

El reparto de agua empezó el viernes pasado. Esta solución provisional llegaba una semana después de la prohibición por unos niveles de plaguicidas superiores a los permitidos en el punto de captación, situado en el pantano de Utxesa. Desde la Mancomunitat de Les Garrigues ya preveían que el problema puede ir para largo y reclaman una solución definitiva que podría pasar por captar el agua del embalse del L'Albagés. Según la alcaldesa de L'Albi, que concuerda con la Mancomunitat este paso para sustituir el pantano de Utxesa por el de L'Albagés. Ahora, el servicio depende de la Mancomunitat, pero una obra como esta requiere la intervención de la ACA.

Durante la crisis, alcaldes de Les Garrigues han responsabilizado precisamente a la Agència de la falta de agua potable. En concreto, el presidente del Consejo Comarcal, Jaume Setó, se mostraba indignado en una reunión de los 16 alcaldes de la comarca con responsables de la Región Sanitaria de Lleida por "la desidia y la inacción de la ACA en poner solución a un asunto" que dura desde hace "demasiados años". "Saben que la solución implica construir la potabilizadora de L'Albagés, un proyecto parado desde hace quince años. Están jugando con la salud de las personas y eso es inadmisible", ha añadido.

Situación insostenible

Teresa Culleres, alcaldesa de Sarroca de Lleida, uno de los otros municipios afectados, ha lamentado la falta de apoyo que han recibido los pueblos ante esta situación por parte de otras instituciones. En este sentido, ha denunciado que en una reunión en que se encontraron todos los concejales no hubiera ningún representante de la Generalitat, como un conseller, que pudiera escuchar y conocer de más de cerca su situación. En el momento en que Culleres ha atendido a ElNacional.cat, la temperatura en Sarroca subía ya por encima de los 37 grados, algo que todavía hace más insostenible la situación. Además, estas temperaturas pueden seguir subiendo durante lo que queda de semana. Con todo, ha celebrado que en los próximos días las piscinas municipales de la zona volverán a abrir las puertas por la temporada de verano, aunque eso no solucione, ni mucho menos, el problema real. Como alcaldesa, Culleres explica que su tarea durante estos días ha consistido en ayudar en todo lo que ha podido a los vecinos y en mantenerlos informados de lo que les van transmitiendo desde la Mancomunitat.

Ayer martes, la Agència Catalana de l'Aigua informaba de que la cuestión de suministro podría quedar resuelta dentro de una semana. Así lo ha afirmado el director del ente, Samuel Reyes, descartando que la contaminación sea por un vertido incontrolado, sino que todo apunta a prácticas agrarias con aplicaciones de plaguicidas que se habrían visto agravadas por la sequía de este año. Reyes garantiza el "apoyo que sea necesario" a los municipios afectados y se ha mostrado a favor de estudiar una nueva captación en el pantano de L'Albagés. Ante la posibilidad de que, de cara a la semana que viene, se empiece a ver la luz al final del túnel, Culleres ha asegurado que sería una buena noticia, aunque todavía la ve lejos y sabe que, mientras los niveles de plaguicidas sigan siendo altos, el panorama no mejorará.