El Departament d'Acció Climàtica de la Generalitat de Catalunya repartirá este mes de julio hasta 300 jaulas trampa para capturar conejos en las comarcas de Lleida y mitigar la plaga que está destrozando las cosechas. Así pues, se evidencia un problema que se ha acentuado en los últimos dos años, pero un quebradero de cabeza que se ha convertido en una constante para los campesinos de Lleida.

El ambientólogo Jordi Sargatal da la responsabilidad, en declaraciones a Ser Catalunya, al factor humano más allá de las derivadas que ha podido condicionar la covid desde el 2020: "Los humanos nos hemos cargado los depredadores del conejo y ahora nos quejamos. Antes había por ejemplo plaga de zorros, o eso decían, y se los cargaron y ahora nos hemos quedado sin esta parte de la cadena que ya hacía su trabajo". A pesar de todo, la situación cada vez es más insostenible para el campesinado y se están viviendo momentos de tensión. A modo de ejemplo, el municipio de Verdú se despertó el domingo de la semana pasada con conejos colgados del puente sobre la C-14 y una pancarta con el mensaje "conejos o campesinos".

Los campesinos están hartos

Y este mes de julio empezó con los campesinos de una parte del secano de Lleida, Vall de Corb y Plans del Sió haciendo una tractorada de desesperación contra la administración por lo que consideran que es una inoperancia en la lucha contra la plaga de conejos que los invade. Eso provoca destrozos en las cosechas y muchos campesinos aseguran que tardarán años en recuperarse. Medidas como las jaulas trampa ya se han probado por los mismos campesinos, pero no encuentran la solución definitiva. Por eso, uno de los reclamos más pedidos por este colectivo es alcanzar el periodo de caza de conejos de febrero hasta abril y animar cazadores de otros lugares a venir.

Un último elemento que acelera la problemática es la sequía reiterada que se vive y hace que los conejos busquen el alimento donde antes no iban. También en árboles frutales donde agentes rurales ya llevan años haciendo batidas. También el campesinado explica que se ha gastado el dinero poniendo plásticos protectores en torno al tronco del árbol, pero los conejos se suben encima el plástico y roen la parte que no está protegida.

Crisis en las granjas de conejos

Por otra parte, Unió de Pagesos alerta de la "delicada" situación del sector de las granjas de conejos en Catalunya, que se ha visto agravada por el incremento los últimos meses del precio del pienso. Según la organización agraria, el bajo precio de la carne de conejo que se arrastra desde hace años ha contribuido al cierre de muchas granjas. También señalan que esta tendencia descendente de la producción, como consecuencia de los bajos precios, es más acentuada en Catalunya que en el resto del Estado.

Unió de Pagesos remarca que "la carne de conejo es un producto de calidad y de proximidad, con una gran tradición en la cocina de Catalunya, donde se consume más que en todo el Estado", y que "el sector es estratégico por su capacidad de crear puestos de trabajo en el medio rural".