La atención sanitaria es un derecho fundamental, especialmente en momentos en que la salud puede ser más frágil. Es esencial que las personas, independientemente de su edad, puedan acceder a la asistencia médica que necesitan sin obstáculos. Sin embargo, muchas personas experimentan un aumento significativo en las primas de seguros de salud a medida que envejecen. Este aumento a menudo coincide con el momento en que les hace más falta una cobertura sanitaria fiable.

Muchas personas experimentan un aumento significativo en las primas de seguros de salud a medida que envejecen

El aumento de las primas a la renovación de la póliza, generalmente anual, puede llegar a ser prohibitivamente cara y, en algunos casos, forzar a los asegurados a cancelar las pólizas que han pagado durante toda la vida. Esta situación se vuelve todavía más crítica en un momento en que los recortes presupuestarios han causado un aumento de las listas de espera en la sanidad pública.

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Foto: Pexels-Karolina Grabowska

No todas las aseguradoras son iguales

A grandes rasgos, hay dos tipos de empresa que gestionan los seguros de salud según su finalidad: las compañías mercantiles, que buscan conseguir un beneficio económico y las mutualidades de previsión social.

Las compañías de seguros mercantiles son empresas privadas que operan con el objetivo de generar beneficios para sus accionistas. Sus productos y servicios están diseñados para maximizar sus ingresos, y sus decisiones se basan en factores económicos.

En el caso de los seguros de salud, las compañías mercantiles suelen ofrecer tarifas más bajas para personas jóvenes y sanas, y aumentan las cuotas a las personas de avanzada edad o con problemas de salud. Esto se debe al hecho de que las personas de estos colectivos presentan un riesgo más alto de necesitar atención médica.

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Foto: Pexels-Ivan Samkov

Las mutualidades de previsión social, en cambio, son entidades sin ánimo de lucro que funcionan bajo el principio de la solidaridad. Sus miembros comparten un riesgo común, y las cuotas de seguro se mutualizan entre todas las personas de una determinada franja de edad. Las mutualidades suelen ofrecer tarifas más estables a lo largo del tiempo, dado que no buscan el beneficio económico, sino que priorizan las necesidades de sus miembros.

Las mutualidades ofrecen protección para toda la vida

Si nos fijamos en las estadísticas que publica la Generalitat de Catalunya, las compañías mercantiles tienen más asegurados jóvenes que las mutualidades, el número prácticamente se iguala entre los 45 y los 54 años y, a partir de los 65, esta tendencia se invierte claramente, ya las aseguradoras mercantiles se deshacen de los asegurados, subiéndoles el recibo, ya que a causa de su edad dejan de ser rentables. En cambio, las mutualidades ofrecen protección de por vida, puesto que priorizan las necesidades de las personas.

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Fuente: Entidades de seguro sanitario libre de Catalunya de la Generalitat de Catalunya

Mutuacat: una alternativa social, solidaria y catalanista

Mutuacat es una mutualidad de previsión social que ofrece seguros de salud. A diferencia de las aseguradoras mercantiles, tiene un modelo de gestión basado en la solidaridad. Esto significa que los beneficios obtenidos se reinvierten en la mejora del servicio a los asociados. Esta aseguradora, nacida en Catalunya hace más de cincuenta años, no sube las cuotas a las personas de avanzada edad. De hecho, aplica las mismas cuotas a una persona de 65 años que a una de 90.

Mutuacat aplica las mismas cuotas a una persona de 65 años que a una de 90

"Los de Mutuacat son de confianza. Cuando tuve el cáncer de próstata, me atendieron muy bien y rápidamente. Siempre que los he necesitado, han respondido", explica Joan V., de 89 años y mutualista desde 1972.

Mutuacat es una opción segura y solidaria para las personas que buscan una buena cobertura sanitaria y que al mismo tiempo piden transparencia y ética.

La mutualidad ofrece una amplia cartera de servicios y prestaciones, y un modelo de gestión basado en los valores de la solidaridad y la responsabilidad social. Así lo certifica el sello europeo Ethsi (Ethical and Solidarity Based Insurance) o el hecho de que cada año hace además de balance económico, Balance Social. Es decir, se autoevalúa a través de la herramienta de la economía social y solidaria para medir su impacto social, ambiental y de buen gobierno.