Un virus del resfriado modificado genéticamente que infecte solo las células cancerosas y así provocar la respuesta del sistema inmune ha abierto una luz de esperanza para el tratamiento del tumor cerebral infantil más letal que existe, el glioma difuso intrínseco de tronco, que afecta especialmente a los niños de entre 4 y 10 años, y las posibilidades de tratamiento son muy limitadas, ya que no existe una terapia efectiva, y el 50% de los pacientes no sobrevive más de un año. Una investigación de la Clínica Universidad de Navarra y el CIMA ha encontrado una vía para que este diagnóstico deje de ser así. En el tratamiento experimental han participado 12 niños, de entre 3 y 18 años, de diferentes países, y han sido tratados con lo que se llama virus oncolítico, y los resultados han sido más esperanzadores de lo que se esperaba. Aplicado con la radioterapia, que es el tratamiento que se utiliza para este tumor, el virus ha conseguido aumentar la supervivencia media de los participantes, pasando de los 12 meses hasta los 17,8 meses. Los resultados del ensayo clínico, se han publicado en el último número de la revista médica New England Journal of Medicine, la segunda revista científica de medicina de mayor impacto y prestigio. En su editorial, la publicación destaca el carácter nuevo del tratamiento con virus oncolíticos para este tipo de tumores y destaca la importancia de que se haya hecho este pequeño estudio en una esta edad tan concreta y tan delicada.

Tratamiento muy difícil

El neurólogo de la Clínica Universidad de Navarra, Jaime Gállego, coordinador del área de tumores cerebrales y coautor del estudio, ha valorado positivamente la investigación "puede ser que parezca que es poco avance, pero es un paso adelante". "Nuestros resultados son esperanzadores porque demuestran que la viroteràpia, un tipo de inmunoterapia, puede ser una vía de tratamiento más para esta enfermedad que está totalmente huérfana de terapias efectivas", ha añadido. El tumor que se investiga en este estudio, se genera en las células gliales, que son las que se encargan de estructurar el cerebro, se sitúan en el tronco cerebral, y es por eso que su tratamiento es especialmente difícil. "Se trata de una zona muy sensible", ha asegurado Gállego. "En el tronco se encuentran las neuronas con que se encargan de controlar todas las funciones de la cara, de la garganta... Problemas en esta localización llevan a fallos en la movilidad del rostro, en la deglución, en el equilibrio... Es una estructura extremadamente funcional", es por este riesgo, que es imposible operar para extraer el tumor, que además es muy agresivo porque crece rápidamente y no ocupa una zona definida.

Lo que se ha hecho en este ensayo es hacer una biopsia del tumor para coger una pequeña muestra, la novedad es que durante la intervención inyectan directamente en la masa tumoral el virus para luchar contra el tumor: "Hasta hace poco no se realizaban, para ser una zona tan delicada, pero desde hace unos cinco años se ha empezado en biopsiar, hecho que nos está permitiendo conocer molecularmente estos tumores y descubrir sus diferentes subtipos". "Buscábamos demostrar que eso se puede llevar a cabo. Siendo el tronco cerebral una estructura tan pequeña y tan sensible, daba miedo meter un virus. Había precedentes en cerebros adultos, mayores, y en partes menos funcionales. Pero hemos demostrado que se puede conseguir en el tronco cerebral de un niño", afirma Gállego. "Los efectos secundarios fueron dolor de cabeza, náuseas... Estos niños al cabo de tres días habían vuelto a casa", ha detallado Marta Alonso, directora del Laboratorio de Tumores Sólidos Pediátricos de la Cima y de la Clínica Universidad de Navarra.

Resultados del estudio

En once de los niños, su tratamiento habitual combinado del virus y la radioterapia produjo una reducción del tamaño del tumor; tres tuvieron una respuesta parcial y ocho una estable. Ninguno presentó una respuesta completa. Dos pacientes todavía continúan vivos tres años después del ensayo. "Es un ensayo en fase I con un número muy reducido de pacientes, por lo cual no podemos extraer conclusiones sólidas sobre la eficacia del tratamiento, aunque la mayoría han tenido una supervivencia superior a la esperada", considera Alonso. "Claro está que hay que mejorar los datos de supervivencia, pero los datos que hemos obtenido son interesantes porque abren una puerta", añade. Anteriormente, ya se habían hecho estudios en adultos utilizando el mismo virus para tratar tumores cerebrales, con resultados similares a los conseguidos en este estudio con niños.