Vilafranca del Penedès prevé hacer pruebas PCR a todos los temporeros de la vendimia que lleguen a la zona sin tener un contrato de trabajo previo, según recoge el protocolo presentado este martes con motivo de la covid-19. El documento descarta un cribado generalizado –cómo pedían a algunos agentes del sector vitivinícola- y deja en manos de las empresas y los campesinos la práctica de tests PCR a los recolectores que estén contratados.

Al mismo tiempo, el protocolo también establece que los temporeros que den positivo de covid-19 durante la vendimia estarán aislados en un hotel de l'Hospitalet de Llobregat, mientras que los contactos directos serán confinados en un equipamiento situado en el Alt Penedès, todavía para definir.

Normalmente los temporeros sin contrato son acogidos en un albergue humanitario que se habilita cada verano, donde se les ofrece higiene, comida y alojamiento hasta que son contratados en alguna finca, momento en que la bodega o el campesino se tiene que responsabilizar de ellos. Este año, antes de instalarse en el albergue, sin embargo, tendrán que someterse a un test PCR, según ha detallado el alcalde de Vilafranca, Pere Regull.

El albergue humanitario, al mismo tiempo, se dividirá en dos espacios: uno para los temporeros que todavía no tengan el resultado del test, y otro para los negativos de covid-19. Si alguien da positivo, será trasladado a un hotel habilitado en l'Hospitalet. Será el mismo espacio donde se derivarán los positivos que aparezcan entre los temporeros contratados si el dueño de la finca decide hacerles el test por iniciativa propia. O bien, positivos que aparezcan a lo largo de la campaña.

Cribado masivo de temporeros

Para hacer las pruebas, el Ayuntamiento de Vilafranca prevé mantener la infraestructura que se ha habilitado esta semana en el centro cultural l'Escorxador para hacer el cribado masivo organizado por el Departamento de Salud. Una vez acaben las pruebas de estos días, la previsión es que el espacio se convierta el punto central de atención sanitaria para los temporeros en relación con la covid.

Por otra parte, Regull ha detallado que también está previsto habilitar un espacio en el Alt Penedès para aislar a los temporeros que hayan tenido contacto directo con un portador de la enfermedad. El alcalde ha apuntado que hay tres lugares susceptibles de acoger este punto de confinamiento. La opción que toma más fuerza es que se ubique en una gran casa de colonias porque se busca un punto aislado de la trama urbana, evitando así el riesgo de desconfinamiento y de posible propagación de la enfermedad.

Mejora con respecto a Lleida

Tanto el alcalde como el gerente de la región sanitaria Metropolitana Sur, Joan Puigdollers, han admitido que la situación vivida en Lleida a principios de verano con los temporeros y la propagación de la covid ha servido de ejemplo a la hora de definir el protocolo de la vendimia, aunque han asegurado que el contexto es del todo diferente.

En este sentido, han remarcado que en el Segrià coincidieron miles de temporeros, muchos de los cuales sin alojamiento, mientras que en el Penedès se espera la llegada de unos 500 recolectores, la mayoría de los cuales trabajan además de una finca. Buena parte de los temporeros, han puntualizado, ya disponen de contrato y alojamiento en alguna viña antes de que empiece la vendimia. De hecho, la previsión del albergue humanitario es acoger a unas 50 personas, como mucho.

A pesar del dispositivo creado para acoger temporeros sin contrato previo, Regull ha recordado que este verano la vendimia llega marcada por la plaga del mildiu, un hongo que "se ha cargado una media del 40% de las cosechas". "La calidad de la vendimia será excelente, pero la producción será baja", ha subrayado el alcalde, que ha advertido que el reparto de trabajo en los campos será complejo y ha sentenciado que "aquellos que no tengan trabajo asegurado previamente, será mejor que no vengan".