El sector turístico se prepara para una campaña de verano completamente "atípica" a causa del impacto del coronavirus. El cierre de fronteras, la adopción de medidas de seguridad y la disminución de la renta de las familias provocarán una apuesta de los turistas por los mercados locales.

En Catalunya, los visitantes serán básicamente del territorio, gastarán menos dinero y buscarán localizaciones alejadas de la ciudad, con preferencia por alojarse en apartamentos turísticos o casas rurales. De hecho, Barcelona será uno de los mercados donde más "costará recuperar" el turismo por la dependencia del visitante extranjero y la "percepción negativa" de las ciudades y las aglomeraciones, según ha explicado el profesor de la UOC, Pablo Díaz Luque en la ACN.

Un 52,2% de los catalanes viajará este verano, según una encuesta impulsada por la consultoría turística Tourislab. El 47,8% restante no tiene previsto viajar, básicamente por la incertidumbre y desconfianza ante la pandemia y las medidas higiénicas adoptadas (33,7%), así como los problemas económicos (30,3%).

Del porcentaje de catalanes que tiene previsto viajar, el 52,1% pasará las vacaciones de verano al territorio, el 28,2% viajará por el resto del Estado y el 19,7% irá fuera de España. El principal motivo de la elección de Catalunya como destino es el apoyo a la empresa local, con un 64,4% de los encuestados. "Hay una conciencia muy importante de dar apoyo al tejido empresarial y consumir producto local", ha asegurado el  conseller delegado de Tourislab, David Esteller.

En Catalunya, los principales destinos turísticos serán básicamente la Costa Brava y los Pirineos. Los visitantes apostarán por localizaciones próximas a la naturaleza, donde puedan disfrutar de los días de desconexión "con absoluta libertad" y sin aglomeraciones, para evitar el riesgo de contagio.

"Algunas zonas del interior del país y los Pirineos pueden llegar a tener el cartel de completo esta temporada", ha manifestado el director de la Agencia Catalana de Turismo, David Font. Barcelona, en cambio, tendrá un "cierto resentimiento" en el número de visitantes, ya que tiene una gran dependencia del turismo internacional.