Augusto Cury es una eminencia en el ámbito de la psiquiatría en su país natal, Brasil. Además de doctor, es psicoterapeuta, educador, escritor –autor de más de 40 libros sobre salud mental– y creador de la teoría de la inteligencia multifocal. Esta es una inteligencia que integra habilidades emocionales, sociales y cognitivas y que comprende los aspectos conscientes e inconscientes de la construcción de pensamientos. Recientemente su nombre ha vuelto a la palestra desde que ha hecho pública su última hipótesis científica. Esta hipótesis viene a definir lo que él llama el “síndrome del pensamiento acelerado”, el verdadero mal de este siglo, tal y como él lo define.

Tipo de ansiedad provocada por el exceso de información, de actividad, de preocupaciones y de presiones sociales que aceleran la actividad cerebral de una forma patológica y que está cambiando el proceso de construir pensamientos

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Cury afirma que, tras sus más de 20.000 consultas psiquiátricas y psicoterapéuticas, su experiencia como educador e investigador y sus entrenamientos emocionales para profesionales de las más diversas clases, más de dos tercios de las personas que pasan por su consulta padecen este síndrome. Pero... ¿en qué consiste?

Según el psiquiatra se trata de un tipo de ansiedad provocada por el exceso de información, de actividad, de preocupaciones y de presiones sociales que aceleran la actividad cerebral de una forma patológica y que está cambiando el proceso de construir pensamientos. En una entrevista concedida a la BBC, el científico destaca que el exceso de información y la intoxicación digital están favoreciendo que se pierda el foco y la concentración y que se produzcan una serie de pensamientos, buena parte de ellos estériles, a una velocidad espantosa.

“El aceleramiento intenso de la construcción de pensamientos predispone a trastornos emocionales y baja la tolerancia al estrés. También genera repetición de errores, infantilización de las emociones, fatiga excesiva, aburrimiento atroz y dificultad enorme para aguantar la soledad creativa”, asegura Cury.

A diferencia de otros tipos de ansiedad que se están extendiendo en la sociedad occidental, como el trastorno de ansiedad generalizada, el trastorno obsesivo-compulsivo, el síndrome de burnout o la ansiedad postraumática que surgen a partir de conflictos y se desarrollan durante la formación de la personalidad, el síndrome del pensamiento acelerado proviene del estilo de vida estresante y agitado. Las víctimas, según Cury, son niños, adolescentes y adultos que a lo largo del día reciben exceso de información y de actividades, bien sea a partir de webs o de redes sociales a través de los diferentes dispositivos a los que dedican buena parte de su tiempo.

El síndrome del pensamiento acelerado proviene del estilo de vida estresante y agitado

Los síntomas de este síndrome son variados: incapacidad para concentrarse y conciliar el sueño, irritabilidad, cansancio habitual, dificultad para manejar la frustración y otros de tipo más físico, como el aumento de la presión arterial, los trastornos intestinales o los dolores de cabeza y musculares. Todos ellos derivados de un hecho: nuestro cerebro está agotado.

Según Cury, “muchos síntomas son comunes a todos los tipos de ansiedad, pero lo que hace diferente a este síndrome es la ausencia de traumas”. Para el experto, es, sin duda, el mal del siglo, por encima incluso de la depresión.